
El Obradoiro le tributará un homenaje en cuanto pueda asistir a un partido en Santiago
18 nov 2021 . Actualizado a las 19:54 h.Nada más anunciar su retirada, ya le empezaron a llegar mensajes de todas partes. Alberto Corbacho se confiesa abrumado y agradecido por tanto cariño.
—¿Cómo se encuentra uno después de un paso como el que ha dado?
—La decisión estaba ya tomada hace algún tiempo. Es algo meditado y, de alguna manera, ya asimilado. Y creí que ahora era el momento de anunciarlo. Toca descansar y desconectar un tiempo. Y es cierto que hay esa sensación rara de decir: mañana no tengo entrenamiento. Y lo fines de semana libres.
—¿Qué se lleva de todos estos años a pie de cancha?
—El hecho de saber que la gente ha disfrutado viéndome jugar pero, sobre todo, el cariño que me está demostrando. Siempre he tratado de ser alguien cercano, llegar a la gente por mi forma de ser. Y la cantidad de mensajes que estoy recibiendo es increíble.
—¿Con qué momento se queda de su paso por el Obradoiro?
—En la etapa que me tocó, creo que todo aficionado al Obradoiro se quedaría con las eliminatorias de ascenso y, sobre todo, con la de Burgos. Marcó un punto de inflexión para el club. Ya he perdido la cuenta de los años que lleva en ACB, y ojalá que sean muchos más. Después vinieron años muy buenos, en los que todos disfrutamos mucho, compitiendo de tú a tú con grandes equipos.
—El club le va a tributar un homenaje en cuanto usted encuentre fecha para volver a Sar. ¿Ya piensa en cómo será ese día?
—El presidente, Raúl López, se puso en contacto conmigo. Querían hacerlo ya, pero ahora mismo me es imposible. Espero que en un par de meses. Encontraremos una fecha. Quiero darles las gracias por el detalle. Es un reconocimiento más que me llena de orgullo, el del club y la ciudad en donde he estado más tiempo. Será un honor. Ojalá pueda ser con aforo completo y que se vea un gran partido.
—Todo el mundo hubiese deseado un final más dulce en el Obradoiro.
—Fue una decisión dura, como otras que tuve que tomar en mi carrera. En su momento opté por dejar el Obradoiro y buscar otros retos. Y no hay que darle más vueltas. Fue una decisión meditada. En todo caso, al final siempre pesan más los buenos momentos. La vida deparó aquel destino, y así se tomo. Mi etapa en Santiago fue tremenda. Y mi deseo es que la afición siga disfrutando como sabe hacerlo.
—Confiese, ninguna otra corea su nombre de una manera tan especial.
—¡Qué Sar entero coree tu nombre pone los pelos de punta! Sentir que el pabellón está contigo es muy bonito. Hace poco estuve en Santiago y me sorprende el cariño que sigo recibiendo, porque ya ha pasado tiempo. Estoy muy orgulloso por cómo me recuerdan y me tratan.
—Pues no sé si es de lágrima fácil, pero vaya preparándose...
—Sí, las emociones van a estar ahí. Me siento uno más. Estoy muy agradecido a todo el mundo por lo que me está llegando.
