Llevó siempre la iniciativa ante el Zaragoza en un partido en el que los dos equipos rivalizaron en errores
30 sep 2022 . Actualizado a las 11:21 h.El Monbus Obradoiro ya tiene su primera victoria. Puede decir aquello de objetivo cumplido, con el valor añadido de ser la primera jornada. Doblegó al Zaragoza, 76-73, en un partido sufrido y sudado hasta que sonó la bocina del final. Y la segunda mejor noticia para el colectivo de Moncho Fernández es que lo sacó adelante en un día gris, con muchas imprecisiones, sin que Westermann ni Philip Scrubb gobernasen. Paige fue el que produjo puntos con más regularidad, al igual que Bender, condicionado por las personales.
En la primera parte el conjunto santiagués llevó siempre la iniciativa en el marcador ante un rival errático pero constante, que no dejó de remar para recortar.
Los locales arrancaron apelando a una seña de identidad de siempre, que había bajado enteros en las últimas temporadas: la defensa. Obligaron al Zaragoza a buscar muchas acciones de entrada a canasta, con pocos espacios para circular. Era el único argumento al que se podía, agarrar los maños, casi negados en el triple: 1/10 en el primer cuarto.
No estaba mucho mejor el Obra en la larga distancia, 1/7. Pero sumaba con más continuidad y con más variedad. Agradeció la irrupción de Bender, autor de ocho puntos en apenas cuatro minutos, para cerrar el parcial diez arriba: 21-11.
El segundo acto fue otra historia. Los dos equipos siguieron moviéndose con el mismo guion, mejor en defensa que en ataque. Pero el Obra cometió un pecado capital que le costó caro, el de las pérdidas de balón, castigadas con canastas fáciles. Llevaba tres y sumó seis, por solo una del adversario. Y también encontró más problemas para cerrar el rebote. Por esas dos hendiduras metió la cabeza el Zaragoza, sobre todo un viejo conocido, Santi Yusta, el que mejor se manejó en la guerra de guerrillas. Los diez puntos de renta se quedaron en tres al intermedio: 40-37. El Obra, que había encajado once puntos en diez minutos, recibió 26 en el segundo acto.
Moncho Fernández había reservado a Dragan Bender con dos personales. Volvió el croata en la reanudación y volvió a volar el equipo santiagués, con un parcial 14-2. Atrás se notan sus 213 centímetros. Delante, su movilidad. Pero cometió otras dos faltas en apenas cinco minutos y tuvo que irse al banco, con 54-41 en el electrónico. El grupo lo acusó.
El Obradoiro se atascó, el Zaragoza siguió a lo suyo, con una defensa pegajosa, y puso el tramo final del tercer cuarto en las manos de Sant-Ross. Volvió a acercarse, 58-54.
El último cuarto no fue, precisamente, un canto al baloncesto. Los dos equipos se empeñaron en acumular errores de todo tipo, en dejar pasar oportunidades para cerrar la contienda, en un caso, y para completar la remontada, en el otro.
Curiosamente, el equipo aragonés, peleado con los triples (también con los tiros libres) encontró en la larga distancia la manera de no desengancharse en los últimos cuatro minutos. Pero nunca logró la continuidad en el ataque, sus tirones fueron menores que los de los compostelanos y la primera victoria se quedó en Sar.
Ficha técnica
Monbus Obradoiro 76: Westermann (2), Paige (17), Thomas Scrubb (11), Vicedo (5) y Blazevic (10) -cinco inicial-. Bender (16), Zurbriggen, Philip Scrubb (5), Walker (3), Guerrero (7) y Álex Suárez.
Casademont Zaragoza 73: Ferrari (5), Jessup (13), Sant Ross (15), Mekowulu (8) y Simanic (4) -cinco inicial-. Yusta (6), Radoncic (3), Lomazs (10), Nguirane (3), y Hlinason (4).
Parciales en cada cuarto: 21-11, 19-26, 20-16 y 16-20.
Árbitros: Antonio Conde, Francisco Araña y Héctor Báez.
Incidencias. Multiusos de Sar. Primera jornada de la Liga Endesa, con más de cinco millares de espectadores en las gradas.