Siempre es bueno cuidar la historia y reconocer a sus protagonistas. Y si se trata de escoger a los mejores doce jugadores de todos los tiempos, de acuerdo con el criterio de la afición, es lógico que entre los 25 más votados 23 pertenezcan a la última etapa, a los tres últimos lustros.
También es bueno ver a través de las redes a algunos de esos jugadores expresando su satisfacción por haber jugado en Sar y dejado huella en la grada. Pero lo mejor fue ver a Tonecho Lorenzo y Ricardo Aldrey entregando a Alberto Corbacho una distinción para todo el equipo, en medio de un cálido, sentido e incluso algo melancólico aplauso de Sar.
En última instancia, la grandeza de un club se mide por su afición, más allá de la trayectoria que marcan los resultados. Y alimentar la identidad siempre es una buena inversión.
Aldrey alcanzó la internacionalidad, muy pocos pueden hablar tan en primera persona de toda la historia del Obradoiro como Tonecho Lorenzo, Maxi Stanic se jugó el tobillo y por añadidura su siguiente contrato cuando el equipo estaba ya casi descendido, Maxi Kleber lleva años brillando en la NBA, los triples de Corbacho son de todo punto inimitables, Pepe Pozas siempre será un embajador del Obra avalado por el récord de temporadas en la ACB y por su cariño por el club... Cada jugador es una historia y cada seguidor es también parte de esa historia obradoirista que no tienen parangón. Es única, y es bueno ponerla en valor.