El Monbus Obradoiro, como dice su presidente, Raúl López, ha atendido lo más urgente: la confección de un proyecto deportivo para encarar la fase previa de la Basketball Champions League y la decimotercera campaña consecutiva en la ACB. Tanto la renovación de Thomas Scrubb como el retorno de Artem Pustovyi han sido recibidos de muy buen grado por la afición. Y hay expectación por ver cómo arma Moncho Fernández y su cuadro técnico un equipo en el que habrá cuatro debutantes en la Liga Endesa.
El mandatario también apunta que el club está inmerso en un proceso de reestructuración y modernización al que se ve abocado por la marcha de José Luis Mateo, Andrea Abal y Daniel Agra. Y habla de la necesidad de captar recursos en todas las área geográficas y no solo en las más cercanas.
Pero a cinco días para que comience el trabajo de pretemporada, están sin cubrir la dirección general ni las áreas de márketing y comunicación. Por más que las prisas no sean buenas consejeras, el tiempo pasa. Una vez confeccionado el equipo, y a estas alturas del año, no estaría de más completar esos tres frentes.
Si el equipo gana y suma éxitos, todo es más fácil. Pero no basta con las canastas. Captar recursos es una tarea que requiere tiempo, olfato y dedicación plena. La campaña de abonados está pasando inadvertida y no vendría mal reactivarla ahora que el equipo se va a poner en marcha. Cultivar la identidad Obradoiro, comunicar bien e interactuar con la afición son tareas que nunca restan.
Tiene razón Raúl López al recordar que el club tuvo que crecer en tiempo récord. Podría añadir que, si se midiese el voluntarismo, son muchos los que forman parte de la entidad que sacarían buena nota. Pero la estructura nunca ha estado sobrada de medios y cada día que pasa sin cubrir vacíos es tiempo perdido.
Quizás el Obradoiro esté ante una temporada de capital importancia para su futuro. En el plano deportivo, con el objetivo habitual de la permanencia y la ilusión de la BCL. En el económico, con la pretensión de conseguir un modelo capaz de sostener un presupuesto de cuatro millones de euros, esta temporada y las que puedan venir.
Si sale airoso de los dos retos, la campaña será extraordinaria. Y tiene algo ganado porque hace suya la frase de Virgilio «labor omnia improba vincit», el trabajo tenaz todo lo vence.