El capitán y ese modo de juntar a todo el mundo

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

05 mar 2024 . Actualizado a las 21:09 h.

Álvaro Muñoz cumple su quinta temporada en el Monbus Obradoiro. Ha vestido la camiseta del equipo en 131 ocasiones y es tercero en ese ránking histórico, solo superado por los 164 encuentros de Alberto Corbacho y los 202 de Pepe Pozas.

Precisamente, se hizo con la capitanía una vez que el base andaluz cerró su etapa en Sar. Y en todo momento ha sabido dar continuidad a aquel legado. Así hablaba en una entrevista en la temporada del relevo: «No se puede competir con Pepe en esos aspectos. El tío está alerta con todo el mundo y es una persona excepcional. Intento hacerlo a mi manera, pero ves como lo hacía él, ese modo de intentar juntar a todo el mundo, que la gente enseguida se sienta como en casa lejos de casa, y ayuda».

Esa es una labor que no aparece en las estadísticas. Pertenece al terreno de los intangibles. Y ahí Álvaro Muñoz puede decir que es de los jugadores que siempre suman en un vestuario, de los que cohesionan el grupo, de los que saben cuando un compañero necesita un gesto porque algo no va bien o un aviso cariñoso cuando algo no va por donde debe. Domina el difícil arte de vertebrar y ayudar a evitar problemas.

Eso es lo que pierde el Obradoiro con la lesión del capitán, un jugador que entiende su rol en la pista y fuera de ella, de los que encajan en el perfil de la buena gente, el compañero que todos quieren tener a su alrededor.

Ahora le tocará empujar desde la grada o a pie de pista, al lado de sus compañeros. Y también le corresponde recibir todo el apoyo y el afecto de quienes lo rodean. Empezando por el aplauso cariñoso que, con toda seguridad, le brindará Sar este domingo en el partido ante el Valencia.