Las claves de Blazevic para el Obradoiro ante el Madrid: firmar un partido superlativo y tener algo de suerte

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

El pívot considera que cada vez le sale su juego de manera más automática

27 abr 2024 . Actualizado a las 19:21 h.

Marek Blazevic (Vilnius, 2001) cumple su segunda temporada en el Monbus Obradoiro, que visita al Real Madrid en el WiZink Center (12.30 horas, Movistar TV). Cualquiera que lo vea por primera vez sobre una cancha, a la vista de su contextura física, podría pensar que es uno de los veteranos del equipo. Si además escucha su tono de voz, se reafirmaría en la apreciación. Pero lo cierto es que dejó de ser el benjamín de la primera plantilla con la llegada de Kovliar, que tiene 21 años, solo uno menos. Y su discurso está por encima de su edad.

El pívot lituano no se engaña. Cada partido siempre supone una opción de ganar, pero ante el conjunto blanco la empresa se complica y requiere que se alineen mucho los astros: «Tenemos que ser inteligentes sobre la pista, jugar por encima de nuestras posibilidades y tener suerte».

La visita del Obradoiro le llega al colectivo de Chus Mateo en medio de la eliminatoria de la Euroliga contra el Baskonia. Está a una victoria de certificar su presencia en la fase final que se disputará en Berlín. Blazevic insiste en la dificultad del desafío, incluso concediendo que «quizás reserven a algún jugador y puedan estar algo más relajados en la Liga Endesa».

En todo caso recuerda que es el vigente campeón de la Euroliga y lo cataloga como «el mejor equipo de Europa». «Siempre es un honor jugar contra ellos, y una oportunidad para ganarles», apunta.

Esta temporada le está tocando alternar las posiciones de cuatro y cinco. En las últimas jornadas, por los problemas físicos de Timma, suma más minutos en la pista formando tándem con Pustovyi. Reconoce que la evolución y la adaptación a esa doble función no han sido tareas sencillas: «No fue fácil al principio. Ahora lo tengo más interiorizado y eso lo hace más fácil. He tenido tiempo para ir aprendiendo de mis propios errores y los he ido corrigiendo en los entrenamientos. Ahora no necesito pensar tanto a la hora de jugar, porque tengo las ideas claras, es más automático. Y me es más fácil llevar las jugadas a la práctica, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Al principio era frustrante para mi. Pero ahora me siento feliz en la pista y me da igual si es como cuatro o como cinco».

Cuando se le pregunta si está ante la temporada más complicada y de más aprendizaje de su carrera, hace una larga reflexión, después de recordar que todavía lleva poco tiempo en el baloncesto profesional: «El último año en Zalgiris tuve tres entrenadores. Con uno podía estar en la plantilla e incluso ser el pívot titular, con otro ni siquiera entrar en la convocatoria. Fue un año loco. No creo que sea la de más aprendizaje. Sí que es cierto que he aprendido mucho, pero no me gusta decidir en qué campaña he aprendido más. Intento aprender en todas para seguir creciendo».

Blazevic es un jugador temperamental y reconoce que, a veces, ese carácter le pasa factura en su relación con los árbitros: «Intento dar mi mejor versión, pero no siempre me es fácil controlar mis emociones».