Entre tanto, Fran Hernández y Ricardo Rey llevarán las riendas del equipo
17 dic 2024 . Actualizado a las 20:06 h.Gonzalo Rodríguez ya no dirigirá este fin de semana al Monbus Obradoiro en Castellón, en la decimotercera jornada de Liga en Primera FEB. La derrota frente al Fuenlabrada ha supuesto su sentencia.
Después de cómo se fueron sucediendo los acontecimientos tras ese encuentro, probablemente no quedaba otra alternativa que la destitución, porque todos los indicios apuntaban en la misma dirección: la puerta de salida estaba abierta, el club ya no confiaba en el entrenador. Solo falta la confirmación del divorcio. Y llegó en la mañana de este martes.
El Obradoiro emitió un escueto comunicado en el que recordaba que el técnico pone fin a una etapa de catorce años en Sar y le desea «el mayor de los éxitos en sus futuros proyectos profesionales y personales». Una vez constatado el punto y final, tuvo oportunidad de despedirse de la plantilla.
Lo cierto es que al técnico santiagués le ha faltado una pizca de fortuna para poder transitar con cierta tranquilidad, una vez iniciada la temporada. Porque arrancó con una derrota en la visita al Estudiantes, una victoria sin brillo ante el Morón, y otras dos derrotas, la de Cartagena, la que más dolió, y la de Sar ante el San Pablo Burgos. A partir de ahí ya se instaló el runrún de que las cosas no estaban saliendo de acuerdo con las expectativas.
Probablemente salvó el cargo ganando en Valladolid, en otro partido triste que pudo caer para cualquier lado. También venció a domicilio al Gizpukoa Basket. Sacó adelante un duro escollo ante el Tizona, en un encuentro con la baja de Davison y la lesión tempranera de Tomeu Rigo. Y arrolló al Zamora, en la actuación más completa.
El Obradoiro llegó al parón de la ventana FIBA con las mejores sensaciones. En ese paréntesis, a la lesión de Tomeu Rigo se sumó la de Leimanis con la selección.
El club ya estaba buscando un refuerzo para el juego interior, porque había detectado que ahí tenía un flanco mejorable. Pretendía más un cuatro atlético que un cinco, pero el que se puso a tiro fue Balvin, un siete pies con rango de ACB. Sobre el papel, una garantía, cara pero una garantía. Y con un inconveniente, ya que le iba a cerrar minutos a Stephens, fichado en agosto como un jugador llamado a ser diferencial en la categoría. También llegó Andronikashvili, un base que se puede desenvolver como escolta.
Antes de eso, el Obra arrolló en Sar al Cantabria. Tras la llegada de los refuerzos, sin tiempo para la integración, llegó la alta montaña, tres etapas concentradas en tres días: derrota en Palencia, victoria en casa ante el Betis y derrota en Sar frente al Fuenlabrada.
El equipo no acabó de encontrar su golpe de pedal, sobre todo ante los rivales directos. Y, aunque compitió todos los encuentros, las cinco derrotas en las primeras doce jornadas le ha costado el puesto a Gonzalo Rodríguez. El sustituto ya sabe cuál es el desafío: cambiar esa inercia, ensamblar un equipo al que se acaban de incorporar Balvin, Andronikashvili y Álvaro Muñoz, y fajarse en la lucha por ascender.
Entre tanto, Fran Hernández y Ricardo Rey, los ayudantes de Gonzalo Rodríguez, serán los encargados de dirigir los entrenamientos y, muy probablemente, el partido del viernes en Castellón. E incluso el de Copa del lunes.
El club no quiere precipitarse a la hora de escoger el relevo. Lo más probable es que el debut del nuevo entrenador sea el día 29 en el derbi ante el COB, el partido que cerrará el año en Sar.