Álvaro Muñoz, el liderazgo tranquilo en el Obradoiro

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

La afición eligió al capitán como el mejor de diciembre en el equipo

13 ene 2025 . Actualizado a las 12:41 h.

Álvaro Muñoz fue elegido por los aficionados del Monbus Obradoiro como el mejor jugador del equipo en el mes de diciembre. En esta ocasión no es un reconocimiento más para el capitán, es una distinción especial. Porque fue el mes de su reencuentro con el baloncesto después de nueve meses parado por lesión. La alegría no fue plena porque no ha coincidido con una buena trayectoria del equipo, tal y cómo él mismo reconocía: «Cualquiera hubiera cambiado este premio por una victoria en la liga. Lo que más alegría nos da es que la gente salga contenta de Sar».

Al echar la vista al frente, confía en poder abocar una línea ascendente: «Creo que el equipo está en un proceso de adaptación aún. Félix ha entrado a la carrera, no ha habido margen para trabajar largo y tendido. Había que centrarse en los partidos. Estas dos últimas victorias creo que nos van a dar confianza para seguir ese proceso de adaptación, con esa motivación extra que te da ganar. Creo que el equipo va a ir a más».

El capitán es ahora un jugador de más jerarquía que en campañas precedentes en la ACB, en las que tenía más compañeros por delante en el reparto de minutos. Asume los cambios de rol dentro de la normalidad: «Tienes que adaptarte a lo que pide el entrenador. En ACB, que es una categoría mayor, tenía compañeros que estaban por delante en la rotación con más protagonismo, más minutos y más tiros. Este año ha cambiado un poco la cosa. Es tomar otra responsabilidad. Un poco en los entrenamientos y por la configuración de la plantilla, es un poco lo que esperas. Igual que el año pasado era entrar y darle descanso a Thomas, en este toca asumir un poco más de protagonismo. Preparado para seguir, con el mismo objetivo y de años anteriores, que es ganar partidos y que el equipo vaya bien».

De alguna manera, tiene una responsabilidad añadida, de alimentar un legado, ya que es el único jugador que estaba el año pasado en la plantilla y esta es su sexta temporada en el club. También lo asume con naturalidad: «Tampoco soy un capitán súper vocal que esté encima de la gente diciéndoles un montón de cosas. Pero vengo aquí a trabajar todos los días. Soy de los primeros que llega al vestuario y de los últimos que se va. Sin ven al de 34, al medio abuelo trabajando aquí todos los días, es más fácil que los demás se pongan las pilas. Es mi manera de ser. Eso se va transmitiendo».

Es aquella máxima de «obradoiro, lugar en el que se trabaja». Y a mayores hay detalles que no computan con el número de horas, como ver al capitán pendiente del joven Alonso Grela ante el Oviedo en lo que probablemente fue la primera patata caliente para el base con el primer equipo.