Las diferencias económicas centran el debate sobre la fusión de Liceo y Casino

La Voz

AROUSA

La asamblea de la entidad echa abajo la mayor parte de las alegaciones del «grupo del cocido» Cuando se toca el bolsillo, algo se mueve en el alma. Este improvisado aforismo se hizo realidad ayer en la asamblea del Liceo Marítimo, la misma en la que se sometía a votación la fusión con el Casino. El aperitivo de los sufragios llegó en forma de un largo y espeso debate sobre las alegaciones presentadas a los estatutos. Buena parte de ellas partieron del «grupo del cocido», a través del ex-presidente Manuel Camiño. Las más importantes hacían referencia a rebajas en las cuotas por conceptos como jubilaciones o traslados a otras localidades. Los socios las rechazaron, ratificando las propuestas de la directiva.

24 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

REDACCIÓN VILAGARCÍA Buena parte de los argumentos que ayer se escucharon en la sede del Liceo hacían referencia a la economía, pura y dura, de la entidad. Y, en concreto, a las cuotas que deberán hacer efectivas los socios. El grupo del cocido, liderado por el ex-presidente, Manuel Camiño, presentó una auténtica batería de alegaciones centradas en el capítulo pecunario. Sus puntos de vista corrieron distinta suerte, pero las propuestas más importantes fueron echadas abajo por la asamblea. A saber, Camiño planteó fijar por estatuto una reducción del 25% de la cuota general a los pensionistas. Algo que fue rechazado, manteniéndose la redacción plasmada por la dirección. Es decir, esta potestad quedará en manos de la asamblea general del Liceo. También apostó por eliminar la disminución de cuotas para los socios de número que causen baja por cambio de domicilio, en aras de una gratuidad de acceso a los servicios. Nuevamente, la asamblea votó en contra de su planteamiento. Finalmente, Camiño quiso eliminar cualquier posibilidad de que un socio o presidente de honor forme parte de la directiva. Tampoco prosperó. El mismo camino siguieron otras alternativas de un segundo grupo de socios, que planteaban admitir las bajas temporales de aquellos afiliados que se trasladen a otra localidad. La asamblea las echó atrás, con un argumento promulgado por la directiva: la necesidad de preservar la salud económica de la entidad. Y es que, según la ejecutiva, ciertas medidas comprometerían el futuro financiero de la sociedad recreativa, al alcanzar rango de obligaciones estatutarias situaciones puntuales que pueden dejarse en manos de la asamblea para su solución.