Barreras, cinco años privatizado

L.C. Saavedra VIGO

AROUSA

ÓSCAR VÁZQUEZ

La factoría viguesa, que pasó a manos de su actual consejo el 9 de junio de 1998, ha triplicado su cifra de negocio pasando de 67,8 a más de 180 millones de euros

09 jun 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El buque «Sorolla», construido para Trasmediterránea, es la mayor nave fabricada en la ría de Vigo Los atuneros más grandes del mundo salen de las gradas de esta factoría naval para Albacora o Calvo El equipo directivo se alía con instalaciones de Europa del este para pelear contra los bajos precios asiáticos Dice siempre Francisco González Viñas, presidente de Hijos de J. Barreras, que el mayor activo de un astillero son sus gradas. Puede que estuviese equivocado. Porque el mayor activo es el personal de que dispone y, sobre todo, el equipo directivo y los socios que conforman el núcleo accionarial de la empresa, según la opinión de Julio Fernández Gayoso, director general de Caixanova. Viñas sentenciaba esto al día siguiente de convertirse en presidente ejecutivo de la empresa, que pasaba de nuevo a manos privadas un 9 de junio de 1998, tras resultar ganadora la propuesta de compra de 750 millones de pesetas presentada ante la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) por Naviera del Odiel (50%), García Costas (10%), Albacora (10%) y equipo directivo y empleados (30%). El último quinquenio ha sido para Hijos de J. Barreras uno de los más fructíferos de toda su centenaria historia. El que posee este astillero es, sin duda, un largo rosario de récords continuos, pulverizados año a año, con buques cada vez mayores y más sofisticados y, sobre todo, alcanzando cada vez mayor prestigio en el panorama de construcción naval en la UE. Pero si hay algo que caracterice los últimos cinco años de Barreras es su especialización en tres tipos de naves: Buques de transporte de cargas rodantes (fundamentalmente vehículos) llamados ro-ro , atuneros congeladores y ferrys de gran eslora y mixtos para transporte de pasajeros, cargas y vehículos. Mercado griego Sobre ro-ro , Barreras lo ha diseñado todo. Además, mantiene uno de los lazos empresariales más largos, con la naviera asturiana Suardíaz, para la que ha construido casi media docena de unidades y para la que, al parecer, construirá otros dos gemelos. También ha construido un par de gemelos para la naviera griega Neptune Lines, con un valor de 14.000 millones de pesetas, y que representó uno de los hitos históricos del último quinqueniio al entrar por fin en el difícil mercado heleno. En atuneros, puede decirse que han construido para Albacora y Calvo varias de las unidades más grandes del mundo, con cerca de 120 metros de eslora. Sobre ferrys, baste decir que diseñó para Tranmediterránea el buque Sorolla , de 175 metros de eslora, el mayor construido en Vigo hasta la fecha. Cartera de pedidos La cartera de pedidos de Barreras le permite seguir siendo el astillero privado más grande de España, según la Fundación Provigo y la Gerencia del Sector Naval, con una pareja de ferrys para el grupo Armas y dos atuneros, cuya fecha de entrega es ya el año 2004. Desde la botadura del quimiquero Alexander , que representa de algún modo la transición entre la propiedad estatal y las manos privadas en aquel año 1998, por las gradas de Hijos de J. Barreras han pasado cerca de 20 grandes buques. Si le preguntan a Pucho Viñas qué tipo de buque le gusta más de todos los que han diseñado en estos cinco años, mencionará los atuneros porque, según la jerga de los ingenieros navales, tiene el saludo (cabeceo de la proa al entrar en el agua tras salir cuesta abajo de la grada) más elegante de todas las naves. En los últimos tiempos, Barreras ha buscado socios en el extranjero -sobre todo en países del este de Europa- para poder continuar en este duro mercado, donde los asiáticos siguen marcando la pauta mundial de construcción a bajo precio. Poco a poco, los medianos astilleros de Vigo se están convirtiendo en empresas de síntesis, una especie de grandes mecanos donde sólo se ensamblan piezas y tecnología. Incluso, a veces ni siquiera son montadores de estas grandes piezas de acero, porque los cascos llegan ya prefabricados en astilleros de Asia. Tendencias aparte, lo que sí es cierto es que en este quinquenio, la cifra de negocio pasó de 67,8 millones de euros de 1998 a los más de 181 millones de 2002.