AREOSO | O |
18 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.CADA DÍA estoy más convencida de que el futuro de este país está en manos de los muñegotes de Canal Plus. Sólo al muñegote de Zapatero se le puede ocurrir cambiar el puño y la rosa del PSOE de toda la vida por una «ZP» que será símbolo de cambio, no digo que no, pero que suena a siglas para lucir en un elástico traje de superhéroe. Sólo el muñegote de Aznar se parece más al presidente del gobierno que el propio presidente del gobierno. Con su falso acento americano, con sus delirios de gran estadista, y con su capacidad para decir digo donde dijo diego con aquello de las armas de Irak. ¿Y qué quieren que les diga de Trillo? El ministro de Defensa es el jefe de los muñegotes dentro y fuera de la pantalla de televisión. Trillo, el hombre que recuperó para España el islote de Perejil, a pesar del «fuerte viento de levante». Trillo, el único político capaz de coser (para España) la bandera más grande del mundo. Trillo, el que quiere callar con un euro a quien hace preguntas incómodas (para España). Lo único que diferencia al Trillo de carne y hueso del de látex es la cabra Blanquita. Si Blanquita fuese real, hubiese impedido a Trillo fichar a un tipo como Blas Piñar, tan próximo a los que el 23 de febrero de 1981, atentaron contra la democracia. La democracia de España con la que tantas bocas se llenan.