Los vecinos llaman a la zona popularmente el Bronx, y se saben los apodos con los que se conoce a la mayoría de los jóvenes delincuentes que viven en sus edificios. La fama de las calles Ramón Cabanillas y Celso Emilio Ferreiro se debe a que en algunas viviendas sociales habitan las familias más necesitadas de Vilagarcía, y que en muchos casos la miseria va unida a la marginalidad. Pero sin son todos los que están, ni están todos los que son. Las familias normales que viven en esas calles son las que más sufren las consecuencias de sus vecinos menos amables. Pero hay otros muchos fichados por la policía que residen bien lejos, y que les une con los del Bronx un perfil común: jóvenes desarraigados sin educación que pasan el día en la calle y que aprenden muy temprano la ley que en ella impera para sobrevivir: la del más fuerte.