El Ayuntamiento es incapaz de demoler el edificio Boavista, en Portonovo, a pesar de la orden de derribo
AROUSA
El Concello de Sanxenxo anunció a bombo y platillo en verano que la semana del 17 al 23 de septiembre se derribaría el edificio Boavista, localizado en los aledaños de la glorieta de Baltar, en Portonovo, un inmueble levantado hace 23 años sin la licencia municipal correspondiente. Sin embargo, tres meses después de la fecha de derribo, el edificio sigue en pie.
El Boavista ha logrado sobrevivir un goteo constante de sentencias y recursos judiciales, y sus propietarios incluso ha comenzado unas obras adyacentes a la estructura sin permiso municipal, por lo que el Ayuntamiento ya los ha multado hasta en tres ocasiones.
Lo que se convirtió en un edificio de siete alturas, originalmente era un proyecto para la construcción de dos viviendas distribuidas en dos alturas. De hecho, de los 1.789 metros de superficie del inmueble, más de mil fueron construidos de forma ilegal.
La oposición en la corporación municipal estuvo en lo cierto al tildar de propagandístico el anuncio de demolición del Boavista que había realizado el Ayuntamiento de Sanxenxo el 21 de agosto del presente año. El Concello llegó a desplazar hasta el edificio a varios técnicos para determinar cómo demoler el edificio y garantizar la seguridad de los inmuebles colindantes.
TSXG
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ya autorizó al Ayuntamiento a demoler el edificio, y los propios responsables de la Xerencia de Urbanismo habían informado a los dueños de la fecha de la ejecución.
De momento, la empresa que acometerá el derribo, la constructora Sercoysa, continúa a la espera de la llamada del Ayuntamiento turístico para empezar los trabajos de demolición. La factura de la obra ascenderá a unos noventa mil euros, e incluye un estudio de seguridad, tendrá que ser abonada por los dueños del controvertido edificio.
No obstante, el Ayuntamiento ha indicado que no es posible derribar el edifico, puesto que hay pendiente una orden judicial de desalojo. De hecho, mientras no se garantice que el inmueble está completamente desalojado.
Por otro lado, el gobierno local ha instando en numerosas ocasiones a los propietarios a que legalicen la parte del inmueble que cuenta con licencia municipal, es decir, las dos primeras de las siete alturas que tiene en la actualidad la vivienda.
Otras irregularidades
El Ayuntamiento ha abierto este año más de un centenar de expedientes contra otras tantas viviendas por irregularidades urbanísticas. En más de una ocasión, la Xerencia Municipal de Urbanismo ya ha informado a los dueños de las casas que incumplen la normativa vigente que corrijan las anomalías.
El anuncio de la demolición del Boavista pretendía ser el estandarte de la lucha para restituir en el municipio turístico la legalidad en materia de urbanismo. El propio edil responsable del áreas, Ángel Casal, reconocía que la Justicia no era una buena compañía de viaje a la hora de impedir la comisión de infracciones urbanísticas. Casal recordó que en municipio hay obras precintadas, actuaciones realizadas gracias a las quejas vecinales que se formulan. Detalló que también se da el escenario en el que constructores acometen obras ilegales, pero desde el Concello no se pueden paralizar hasta que se cuenta con una orden judicial para impedirlas.