Faustino y su esposa forman parte de un grupo de veraneantes procedentes de la zona de Alicante y Albacete. Su experiencia con el transporte público les deja un mal sabor de boca.
-¿Qué les sucedió con el autocar?
-Estamos alojados en el hotel Cruceiro, en Cambados, y queríamos ir a Vilagarcía. Tenemos la parada delante del hotel y el horario dice que pasa uno a las diez de la mañana. Esperamos más de una hora, hasta las once y cuarto, y como no llegaba tuvimos que buscarnos la vida cada uno por su cuenta, y nos fuimos en taxi. Parece que todo esto está muy desconectado, con mucho retraso.
-¿No tuvieron otra alternativa?
-Hombre, pensamos en alquilar un vehículo. Queríamos visitar alguna zona de Portugal, por ejemplo. Pero incluso en esto están escasos. Desistimos. La empresa que vino solo nos podía alquilar uno muy pequeño, y para los dos matrimonios que íbamos a viajar era imposible. Es una pena, porque esta zona está muy bien. Este es el punto negativo.