Las pesetas, como los viejos rockeros, nunca mueren. Cuando ya casi se han borrado de la memoria colectiva los colores y los motivos que decoraban monedas y billetes de la divisa propia de España, un comercio de Vilagarcía de Arousa ha decidido tenderle una mano a la tradición y a la morriña para que vuelvan a llenar los monederos de los ávidos compradores navideños.
La zapatería Moët ha visto en esta estrategia un filón a explotar. Por extraño que pueda parecer, hay todavía muchas huchas que guardan con mimo aquellos retazos de papel timbrado con tres o más ceros. Para comprar zapatos en pesetas solo hay una condición: utilizar billetes o monedas de 100, 200 o 500 pesetas que se hayan sido acuñadas después del año 1980.
El destino de estas divisas es una tienda de numismática de Pontevedra, que recibe y cambia las antiguas pesetas vilagarcianas por los habituales euros comunes. Sofía Ariola, la encargada de la tienda de zapatos que ha ideado esta iniciativa, cree que «es una buena idea que además funciona». La mejor muestra de ello es que pocas horas después de colocar un gran anuncio en el escaparate del bajo comercial se produjeron las primeras visitas y las consecuentes ventas en pesetas.
«Ahora la gente nos para por la calle para preguntarnos si es cierto. Está funcionando muy bien y estamos satisfechos», asegura una soriente Sofía, que ha visto incrementadas sus ventas en pleno diciembre, uno de los meses claves para el pequeño y el mediano comercio de la ciudad.
El hecho de apostar por la posibilidad de resucitar a la peseta tiene el respaldo del Banco de España, que seguirá realizando el canje de esta moneda por la comunitaria en la Unión Europea por tiempo ilimitado a coste cero.
La clientela, encantada
Aseguran los responsables de la zapatería que los clientes están «encantados» con esta nueva y conocida opción de pago. Al parecer, «a la gente le gusta comprar y pagar con pesetas, les encanta», resuelve la encargada del local en cuestión.
Lo cierto es que este hecho viene a constatar que todavía viven, fuera de la circulación, muchos billetes y monedas de la antigua divisa, quizás por el valor sentimental que algunos le confieren o por entender que con el paso de los años aumentarán su valor.
Sea cual sea el motivo principal, la idea que más se ha repetido en las últimas horas alrededor del mostrador de Moët, es que «este es el dinero de verdad», a lo que no faltó quien añadió que «no parece del monopoly, como los euros».
La experiencia piloto está además dejando otras lecturas más profundas entre líneas. Ya se repite el argumento de que «se volveran outra vez as pesetiñas a todos nos iría mellor».
En definitiva, la alternativa de sacar a la palestra a las pesetas sigue dando buenos resultados. No es la primera vez que se hace, ya que en Pontevedra también se ha registrado algún caso en el que los empresarios han optado por llamar así la atención de sus clientes con resultados muy positivos.
Esta acción ha generado, además, la creación de nuevos perfiles de clientela, ya que hay compradores que nunca antes se habían acercado a esta zapatería con anterioridad y tras las facilidades en el pago de la factura han pasado a engrosar la lista de fieles amantes de los zapatos.