De los 33 números que forman la coral de San Martiño (O Grove) una sexta parte pertenecen a la misma familia. Son los descendientes de «Os Fareiros»
31 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Lolita Cabanelas Álvarez es la presidenta de la Coral Polifónica da Confraría de San Martiño do Grove y la más veterana de la formación, junto a su prima Mari Carmen Álvarez. Son las sobrina e hija, respectivamente, de Manuel Álvarez Fernández quien, junto a su hermano José, Os Fareiros, pusieron en marcha esta agrupación musical en 1968. Seguro que entonces no pensaron que aquella aventura iba a durar 41 años ni que iba a calar tan hondo en su familia.
Cuatro generaciones han pasado ya por la coral de San Martiño entre tíos, primos, hermanos, hijos y, por último, la pequeña Clara, la nieta de Lolita de seis años de edad, que desde los cuatro canta en la coral infantil.
Es una familia de cantores, que no de cantantes matiza Lolita, en la que la afición por la música es multidisciplinar. Francisco José, su hijo, se encarga de tocar el órgano, y su nuera Josefa María Dorado, aunque no lleva la sangre de Os Fareiros , se ha implicado como la que más en la coral hasta el punto de convertirse en su directora y, según la presidenta, en el alma del grupo. Actualmente son seis los miembros de la familia que están en la coral, pero el árbol genealógico de esta saga en la coral es más amplio. Por ella han pasado también Antonio García Cabanelas, Carlos e Isabel Álvarez Prol y Juan José Álvarez Aguiño, entre otros.
Lolita afirma que el grupo ha actuado como un nexo de unión para la familia. «La coral nos une porque nos une la afición. Yo con mis primos intimé más aquí que fuera porque aquí nos vemos todos», explica. Del porqué esta afición al canto, Lolita tiene su particular explicación. En su opinión se lleva en los genes. «Mis abuelos maternos cantaban muy bien; mi abuelo, que estuvo en Argentina, me enseñó algún tango y mi abuela cantaba algo de zarzuela. Y mis tíos Os Fareiros cantaban muy bien y le gustaba mucho cantar en los carnavales, en los bares..., y a mí también me gustaba mucho, cantaba ya en el coro parroquial», explica.
Con estos antecedentes y aun sin tener conocimientos musicales, los Álvarez aceptaron la propuesta del coadjutor José Franco y así, con el apoyo del entonces patrón mayor José Lores, nació la coral de San Martiño.
Cuatro décadas después, Lolita mantiene las ganas de cantar. Le gusta hacerlo en en las misas y en las bodas con el grupo, pero también sola en casa y, si cuadra, hasta en el karaoke. Pero dice que los años no pasan e balde, tiene 63, y ya empieza a pensar en jubilarse. La voz pierde potencia -empezó siendo soprano y ahora es contralto- «y yo quiero estar de una manera digna». Ocupa la presidencia desde 1990 y para cuando toque elegir nueva directiva, en el 2011, pedirá el relevo.
Nuevos proyectos
Pero, entre tanto, se muestra entusiasmada con los proyectos que tiene por delante la coral. Acaban de sacar nuevo disco y están preparando un concierto para el verano muy especial. Será el primero en el que la agrupación se salga de la música sacra, las habaneras y la música tradicional para adentrarse en la música ligera con temas como aquel del Dúo Dinámico Quince años tiene mi amor.
Con Lolita o sin ella, lo que parece garantizado es que la saga de los Álvarez tiene cuerda para rato. La pequeña Clara, por de pronto, dice que de mayor quiere dedicarse a la canción, pero primero aún debe cultivar mucho su voz blanca en el coro infantil. Esta agrupación nació en el año 2000 para hacer cantera y, visto lo visto -son 28 niños- la tradición coral en O Grove no corre peligro.