Hortalizas en el corazón de la ciudad

AROUSA

En el centro de Vilagarcía, los alumnos del colegio de A Lomba están creando una huerta en la que han plantado lechugas, repollos, tomates, pimientos y fresas

25 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La mayoría de los alumnos de A Lomba viven en el casco urbano de Vilagarcía y no tienen huerta ni jardín. Por eso les viene especialmente bien el trabajo que realizan en el colegio dentro del programa Voz Natura, que les permite aprender de dónde vienen y cómo se cultivan algunos de los productos que hasta ahora solo veían en su mesa. Además, ahora que dispone de un centro nuevo, la comunidad educativa de A Lomba quiere conservarlo lo más bonito posible, tanto por dentro como por fuera.

Así que, una vez que el invierno parece por fin habernos dejado, han comenzado a plantar árboles y flores en algunos espacios del recinto, y han habilitado una zona en la que cultivarán productos hortícolas.

Para ello contaron con la ayuda de operarios del Concello de Vilagarcía, que prepararon unos bancales que delimitan las áreas de plantación. Una vez que todo estaba listo y la tierra preparada para recibir los vegetales, el miércoles fue el día elegido para plantar, aunque la lluvia vino a aguar un poco la actividad.

Para preparar la zona de huerta hubo que cortar previamente algunos árboles que había en ese espacio. Cuando llegó la hora de plantar, todos los alumnos, curso por curso, fueron pasando por el patio. Antes de que los vegetales se dispusiesen en la tierra, las profesoras jugaban con los chiquillos a adivinar qué plantas eran aquellas. «Dá un froito vermello e redondo», decían hasta que los niños respondían: «Son tomates». «Unha froita vermella que está moi rica con nata», explicaban para que los niños adivinasen que esa era la planta que producía las fresas. Y así con la lechuga, el repollo o los pimientos, que los propios alumnos plantaron sobre las parcelas. Ataviados con guantes de látex con los que se lo pasaron en grande jugando a los globos, fueron introduciendo cada planta en el lugar que previamente habían marcado los operarios municipales que les ayudaron.

Árboles y aromáticas

Bordeando el recinto crearon una jardinera en la que plantaron aromáticas, azaleas, camelios y un magnolio. De estas tareas se ocuparon los alumnos de mayor edad, puesto que los árboles son demasiado aparatosos para los niños más pequeños.

Ahora pretenden cerrar con vallas de madera tanto las parcelas de la huerta como el incipiente jardín que plantaron alrededor del colegio. Con ellas quieren proteger las zonas verdes, de tal manera que los juegos de los niños no destrocen las plantas. Entre otras cosas porque las zonas verdes están muy cerca de las canchas deportivas exteriores que tiene el centro, en las que, por cierto, los alumnos tienen que arreglárselas para jugar sin canastas de baloncesto y sin porterías.

Pero también dentro de la clase hay mucho que hacer para cuidar y proteger el medio ambiente. Por ejemplo, aprender a reciclar los diferentes desperdicios. Los chicos practican la recogida selectiva de papel, plástico, pilas y aceite y aprenden cómo se separa y dónde se deposita cada uno de esos residuos. Así ponen su granito de arena para cuidar el entorno, tarea en la que colaboran con la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre y su programa Voz Natura, patrocinado por las consellerías de Medio Ambiente y Medio Rural, la Diputación de A Coruña, Sogarisa, Leche Celta, Cabreiroá y la Fundación Gómez Franqueira.