Los niños de la escuela de Aralde han reunido una enorme cantidad de cartones de leche con los que están creando un refugio para cuando sus padres vayan a buscarlos
02 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.A pesar de su corta edad, los alumnos de la escuela infantil de Aralde, en el municipio de Vilagarcía, son unos experimentados detectives. Su especialidad es el medio ambiente, y por eso han formado un cuerpo al que han llamado Detectives Verdes y que está siempre atento a los problemas relacionados con el entorno. Saben que uno de ellos es la enorme cantidad de basura que se genera. Comenzaron el curso observando los residuos y reflexionando sobre ese tema. Lavaron y guardaron toda clase de desechos y después comenzaron a pensar qué podían hacer con ellos, intentando reutilizar lo más posible y depositar todo lo sobrante en los contenedores adecuados. Así, además de mantener limpio el monte cercano y el recinto escolar, evitan la contaminación y previenen los incendios, contribuyen al cuidado del medio ambiente y desarrollan un montón de actividades.
Con los materiales que fueron guardando en el aula hicieron un murciélago de hueveras para el Samaín, catalejos con cartones de papel higiénico para su equipo detectivesco, un curioso bolso con briks para meter las castañas asadas en el magosto, unas maracas con envases rellenos de semillas o disfraces de sol en carnaval o, sin ir más lejos, los regalos que sus madres reciben hoy.
También con cartones de Leche Celta -esta empresa es una de las patrocinadoras de Voz Natura- construyen el que sin duda es su principal trabajo este año. Se trata de una casa que servirá para que los familiares se cobijen cuando vayan a buscar a los niños, para que estos se resguarden cuando llueva y para guardar los instrumentos de la huerta. En cursos anteriores construyeron un detective verde con cartones de leche y después le hicieron una casa con envases de cartón, pero cuando llegaron después del verano encontraron que la construcción estaba derruida.
Así que en la primera reunión del curso los padres se comprometieron a construir una nueva casa más grande que la anterior. Gracias al trabajo de las familias, ese proyecto es ya una realidad. Con el apoyo del programa Voz Natura, que impulsa la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, compraron los materiales necesarios y se pusieron manos a la obra. La estructura ya fue levantada y ahora son los propios niños los que pegan los cartones de leche y los que se ocupan de decorarla.
Toda esta labor de reciclaje se completa con la recogida de pilas usadas, de cedés en desuso, de ropa o de juguetes. Pero además del reciclaje, los pequeños de Aralde y su profesora se preocupan también del ahorro energético. En la escuela tienen lámparas de bajo consumo y utilizan siempre pilas recargables. Se preocupan de apagar las luces y los aparatos eléctricos cuando no los necesitan, y de cerrar los grifos para no malgastar agua. Y procuran cuidar su cuerpo alimentándose de una forma sana, cuidando su higiene y dando paseos.
Cuidado del huerto
También hacen ejercicio cuando cuidan su huerto. Lo primero que hicieron en cuanto comenzó el curso fue observar, coger y comer los tomates, los pimientos y los repollos que tenían plantados desde el mes de mayo. Después limpiaron la zona de plantación y depositaron los restos en el compostero que tienen en el patio para hacer abono. El siguiente paso fue abonar y preparar la tierra con el estiércol que extraen del compostero.
En el mes de noviembre ya realizaron una primera plantación, en este caso de narcisos, jacintos y tulipanes. Como llevan haciendo desde hace ya catorce años, plantan estos bulbos y después de que florecen los recogen con cuidado y los guardan en una caja hasta la temporada siguiente.
Pero en el campo siempre hay cosas que hacer, así que, después de esas labores, en enero y febrero, ayudados por los padres, podaron las plantas y los árboles del recinto.
A continuación llegó el tiempo de plantar, y lo hicieron a conciencia. Fuera de la huerta colocaron algún rosal, una acacia común, un níspero y plantas medicinales. Dentro plantaron maíz, lentejas, habas, guisantes y otras hortalizas.
Pero no solo atienden a los vegetales, sino que los niños de Aralde también aprenden a respetar y cuidar a los animales. Tienen peces en el estanque e insectos en la clase, y además colocaron unas jaulas para pájaros en el exterior, con el apoyo de Voz Natura.