Los Planetas y La Bien Querida protagonizaron ayer el último día de conciertos del Festival de Norte. Miles de personas volvieron a reunirse al pie de los escenarios
02 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Las despedidas no son tan amargas si se acompañan de buena música. El Festival do Norte se marchó ayer haciendo mucho ruido en el recinto exterior de Fexdega. Miles de personas vibraron con el grupo cabeza de cartel, Los Planetas, que quisieron redimirse por su ausencia en la pasada edición.
El listón estaba alto desde el viernes. El grupo estadounidense Nada Surf y el vasco We are Standard cerraron la primera noche de conciertos. Prometieron los americanos una actuación adaptada a lo que el público quería, y a juzgar por lo que cantaba el público, parece que acertaron. Las versiones de canciones que hicieron historia fueron el punto central de su espectáculo. Enjoy the silence, de Depeche Mode, de lo que más gustó entre las primeras filas.
Se sabía que ayer el ambiente y la música irían a mejor. El día grande del programa del festival no defraudó. La carpa del escenario Caixanova se llenó en esta ocasión a diferencia del viernes, cuando los huecos entre el público se dejaban ver. Tras los conciertos de Carriero Bianco y de Los Punsetes, Ana Fernández, cantante de La Bien Querida, comenzó su actuación con los temas Siete medidas de seguridad y 9,6 . Una voz melodiosa para cantar al desamor sin tapujos ni medias tintas. Emocionó con su directo y con su dulce voz. Además, anunció a su público que volvería al escenario con Los Planetas, momento muy esperado y que resultó ser uno de los más emotivos. Su colaboración en su nuevo disco La Ópera egipcia es aplaudida por la crítica.
El tiempo acompañó durante la tarde y permitió que la zona de hierba sirviera de descanso a los que no querían perderse los conciertos a pesar del cansancio acumulado. La organización sigue sin aclarar el número de entradas vendidas, aunque la diferencia entre uno y otro día fue clara y puede cambiar las estimaciones iniciales que apuntaban a que la crisis económica no se dejaría ver por el Festival do Norte. El tiempo acompañó durante la tarde y permitió que la zona de hierba sirviera de descanso a los que no querían perderse los conciertos a pesar del cansancio acumulado. Se despidió la gran cita con la música «indie» como se despiden los grandes encuentros musicales. Volverá para la próxima con los diez años cumplidos.