De la Liga EBA a la ACB. El vasco Ander García abandonó el martes la disciplina del Establecimientos Otero Xuventude para incorporarse hoy a la del Caja Laboral, el antiguo Tau, vigente campeón de la segunda mejor Liga de baloncesto del mundo y al que el jugador regresa dos temporadas después. Una operación por la que el club cambadés no ve un solo duro más allá del dinero que le ha costado la presencia del escolta en su mes y medio en la localidad arousana, y que priva al equipo entrenado por Diego Doval de uno de los puntales del gran proyecto deportivo diseñado este verano desde O Pombal.
Formado en la cantera del Caja Laboral, donde evolucionó durante cinco años, Ander García vuelve al primer plantel baskonista, en el que debutó en la campaña 2007/08 bajo las órdenes de Neven Spahija compartiendo los laureles de un histórico triplete en la Supercopa, Copa del Rey y Liga ACB. Posteriormente, y antes de recalar en Cambados, militó en el Archena de LEB Bronce y el Alicante B de EBA, filial del Meridiano de la ACB con el que se entrenaba a diario.
García regresa al Baskonia como plan B tras el intento frustrado del conjunto vasco de fichar al base Carlos Cabezas, campeón del mundo con la selección española en el 2006 junto a Gasol y compañía. Claro que García no va al Caja Laboral a disputar los minutos con los que sí contaría Cabezas, sino para completar el cupo mínimo de jugadores españoles exigido por la ACB.
Doval explicaba ayer la operación, iniciada la semana pasada por el agente del jugador una vez conocido el interés del Caja Laboral por Ander. Un interés que sin embargo no se concretó hasta este lunes, cuando el técnico vasco, Dusko Ivanovic, dio luz verde a la operación, formalizándose el martes. Ese día el secretario técnico del Baskonia se puso en contacto con el presidente del Xuven, Jorge Castiñeiras. «Me dijo que si tenían que hacer alguna contraprestación económica, que Ander no era un objetivo irrenunciable». Ante esta situación, y a fin de no cortar la carrera de un jugador de 21 años, «renunciamos a la cláusula de rescisión de 5.000 euros», desveló el presidente.
Castiñeiras asume con resignación la pérdida. «Cuando tienes la suerte de cazar a un muy buen jugador corres el riesgo de que pase esto. No pensábamos que fuese tan pronto».
Por su parte, el entrenador del Xuven se alegraba por el jugador, pero lamenta el duro golpe de su marcha para el equipo al tratarse de «una referencia para nosotros». El club no tiene previsto «de momento» cubrir la baja. Y aunque lo intente, «encontrar ahora un hombre de su calidad va a ser imposible», dice Doval.