L
a historia se divide en edades o en eras. Hubo de piedra, del bronce, del hierro, media, moderna. Yo creo que la que vivimos ahora es la edad del marasmo. La de la paralización. La de los políticos que hablan y no resuelven. A los que se les evaporan los fondos públicos en chorradas. En cuchipandas. En jaranas. En pan y circo. En Catoira se ha liado entre el BNG y el PSOE porque un miembro de la lista socialista, Antonio Lobato, ha propuesto como una actividad para la juventud llevarse a los chavales en un bus a una gala contra el cáncer que se organizará en Ordes y que contará con la orquesta Panorama. Entre los jóvenes de hoy se ha puesto de moda desfasar con este grupo. El plan es que el Concello pague el bus para que todos puedan beber a gusto con los 20 euracos que cada uno tendrá para, en palabras del organizador, lo que cada uno quiera. Sí, es alucinante. Es bonito que los chavales quieran divertirse. Es hermoso que se agrupen. Es alentador que sean responsables y no quieran conducir si van a beber. Pero, por favor, que las juergas se las paguen o ellos o sus papás. No todos nosotros. En la edad del marasmo los políticos no tienen currículum e invierten sus neuronas en buscar el afecto de los demás por la vía rápida. Soltando pasta. Porque no nos engañemos, es muy fácil abrir la caja de todos y repartir 20 euritos a cada chaval para que se pueda tomar unas copas. Lo que es más complicado es no tener que hacerlo. Es tener políticas que hagan que esos chavales tengan trabajo, dinero y otras ansias además de tajarse.