La segunda jornada del curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo estuvo protagonizada por el escultor y discípulo de Asorey, José Cao Lata. Él fue el encargado de desvelarle a los presentes cómo era y cómo trabajaba el escultor cambadés.
Cao Lata siempre quiso aprender escultura. Pero no lo tuvo fácil. Según él mismo desveló ayer en el museo del vino formaba parte de una familia numerosa, en la que tenía ocho hermanos. Vivía en la aldea de A Lanzada, en el Concello de Mesía. Lugar que decidió abandonar en el año 59 para trasladarse a Santiago de Compostela, a aprender escultura. Allí encontró trabajo en un taller y, posteriormente, entró en la escuela de Arte, donde conoció a Asorey. «Déronme unha beca de tres mil pesetas ao ano. Era unha miseria», explicó. Cuando entró en el taller de Asorey, el artista estaba casi retirado. De él destaca su entusiasmo por el trabajo, porque siempre quería hacer las cosas lo mejor posible.
Las charlas de la mañana dieron paso a una visita guiada por la tarde. Los alumnos pudieron ver una escultura de Asorey en el palacio de Fefiñáns.