La política hace extraños compañeros de cama, dice la frase, que, no por manida resulta menos cierta. Pero el abandono de la política hace, en ocasiones, extraños compañeros de trabajo. Es lo que le ha ocurrido a Teresa Pedrosa, vicepresidenta de la Diputación de Pontevedra.
En su reingreso a la Inspección de Trabajo, tras un paréntesis laboral que empalmó con su desembarco en el PP en el 2003 en Pontevedra, tiene como compañero a otro político, este de recorrido en el servicio público algo más dilatado. Se trata de Paco Vázquez, ex alcalde de A Coruña y ex embajador de España cerca de la Santa Sede.
De la marea negra, a la azul
Con la tranquilidad que da alejarse de la política, Teresa Pedrosa hizo ayer un balance positivo de su experiencia personal. «Aprendí mucho de la gente, creo que todos los políticos deberían pasar por el área social», dijo en referencia a su labor como vicepresidenta de la Diputación. Y una espinita política: «La pena de que el alcalde de Pontevedra no sea del PP». Y una broma para cerrar una etapa: «Vine con la marea negra y me voy con la marea azul».