El guitarra y el cantante de Cornelius ofrecen el domingo un «íntimo» concierto en acústico en El Náutico de San Vicente
26 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.? Con el máster al uno y la sensibilidad desbordada. «De tú a tú y mirando al público a los ojos». Así plantean Chiquillo y El Abuelo sus bolos en acústico, en los que además del repertorio de Cornelius dan rienda suelta a sus debilidades musicales, casi siempre teñidas de negro.
-¿Por qué decidien presentarse en solitario al margen del grupo?
-Bueno, lo primero que hay que decir que esto no es un proyecto paralelo. La idea era juntarnos para hacer algo que le diera más cancha a la voz de Chiquillo y a mi guitarra, en un registro diferente, más enfocado a la música de raíces negras. A la gente le gustó y nosotros lo pasamos guay, así que ahí seguimos.
-¿El repertorio es el de Cornelius?
-Hacemos algunos temas de Cornelius a los que le damos un poco la vuelta. Pero además hacemos versiones de Al Green, Ben Harper, Bob Marley... Cosas que normalmente solo tocábamos en camerinos o en fiestas.
-¿Y qué tal se adaptan al acústico sus propias composiciones?
-Pues muy bien, la verdad. De hecho ha sido muy interesante comprobar que los temas del grupo se sostienen tan solo con una guitarra y la voz. Ahí es cuando te das verdaderamente cuenta de que existe canción.
-¿Se siente cómodo en ese formato?
-Mucho. El grupo es otro concepto. Con seis tíos liberando energía a bocajarro. Y claro que mola. Pero muchas veces echas de menos tener un lienzo en blanco para que se note un poquito más la pincelada fina, los matices, esas sutilezas que en un concierto grande pasan desapercibidas.
-Después de haber actuado en el Monte do Gozo, en la Quintana, en el Sar... ¿Cómo se siente ahora cuando retorna a los pequeños escenarios?
-Son cosas completamente diferentes. Desde luego es un lujazo poder tocar en esos grandes escenarios. Pero también es importante no perder el contacto con los pequeños aforos, en los que el público no es una masa, sino que notas que te clavan la mirada. A mí, personalmente, me intimida muchísimo más tocar para treinta personas que para cinco mil.
-¿Tendrán continuidad estos conciertos en dúo?
-No queremos abusar, pero mientras la gente nos siga llamando... Para nosotros es muy cómodo. Metemos las guitarras en el coche y listo.
-Cornelius ha anunciado que cierra etapa. Y de ahora en adelante, ¿qué?
-Pues a abrir otra. Ya llevábamos bastante tiempo intentando centrarnos en el nuevo disco, pero por diversos motivos no éramos capaces. Así que tras estos conciertos de verano nos hemos obligado a parar definitivamente y ponernos en serio a sentar las bases del nuevo disco de Cornelius.