En tiempos de crisis es cuando se valora más la labor que llevan a cabo las organizaciones no gubernamentales o, lo que es lo mismo, aquellas que no persiguen fines lucrativos sino ayudar a los que más lo precisan. Y es que, desgraciadamente, cada vez son más los que necesitan de la colaboración de entidades de este tipo. Precisamente con el fin de difundir la labor que llevan a cabo es con el que se organiza todos los años en la capital arousana la fiesta de la solidaridad. El certamen se encargó de llenar ayer de público, y de famosos, la plaza de Galicia y convirtió a Vilagarcía, por unas horas, en la ciudad más solidaria.
Los reyes de la bici
Alas doce de la mañana, decenas de personas se daban cita ante las cuatro bicicletas estáticas con las que se querían recaudar fondos para las organizaciones participantes en el certamen. El alcalde de la ciudad, Tomás Fole, fue el primero en subirse a las dos ruedas para pedalear, sin descanso, hasta llegar a los cinco kilómetros. El regidor demostró que estaba en forma, pero no a la altura de sus compañeros de pedaleo. Y es que a su lado estaban el regatista Antón Paz y el ciclista Gustavo César Veloso. Para ellos el recorrido, fue un simple paseo. A continuación tomaron el relevo la concejala Marta Rodríguez Arias y el ciclista Ezequiel Mosquera. A lo largo de la mañana fueron también muchos los anónimos que quisieron subirse a la bici para ayudar a estas asociaciones a recaudar fondos. Y es que por cada kilómetros recorrido, se donaba una cantidad.
Actividades para todos
La feria vilagarciana fue mucho más que hacer kilómetros. En la plaza de Galicia las distintas asociaciones benéficas instalaron sus respectivos espacios para informar a los vecinos de las actividades que llevan a cabo. Los que se pasaron por allí pudieron informarse sobre la ayuda que estas entidades pueden ofrecer a muchas familias y, también, sobre la forma en que cada uno puede colaborar. También se organizaron una serie de charlas en las que los voluntarios contaron sus experiencias. Y hubo incluso un espacio para los más pequeños de la casa. Desde primera hora de la mañana pudieron participar en un taller de pintura, en el que un grupo de voluntarias decoraba sus caras con todo tipo de motivos. Una pena que la lluvia que cayó por la tarde acabara desluciendo parte de esta feria que llenó de solidaridad la ciudad.