Las lecciones recibidas han ayudado a su pupilo a ganar el título gallego sub 23
16 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Más allá de su faceta profesional, de Gustavo César Veloso era ya bien conocida su disposición a ayudar a cualquier aficionado al mundo del ciclismo que requiriera su colaboración. El BTT Vilagarcía lo sabe bien. Y el Club Ciclista do Salnés, presentado en sociedad el pasado viernes en Cambados con el corredor de Bamio aceptando agradecido la presidencia de honor, también. El altruísmo de Veloso va ahora más allá, y el ciclista, que sigue aguardando por una plaza en el pelotón profesional tras pasarse un año en blanco a raíz de la desaparición del Xacobeo Galicia, se ha metido además a mentor.
David Rañó Rebolo es el nombre del pupilo. Y su mayor logro hasta el momento, el triunfo en el último Campeonato Gallego Sub 23 de fondo en carretera, el pasado 4 de septiembre en Moraña. Un título con valor añadido, por cuanto el chaval se estrenaba en la categoría a sus 19 años.
Natural de Vilagarcía como Veloso, la relación entre ambos nace mucho antes de que el de Bamio se pusiera a entrenarlo el pasado invierno. En el 2004 Gustavo César se había quedado sorprendido al toparse con un chaval de 12 años en una de las marchas cicloturistas semanales del C.C. Lobeira, una actividad habitualmente asociada a gente madura. Era el comienzo de una amistad que llega hasta hoy.
Rañó explica que su afición por el deporte de las dos ruedas tiene su origen en el de casi todos los corredores que son y están. Las largas tardes de los meses de julio siguiendo la evolución del Tour de Francia por la tele. En su caso, con su padre. El mismo que lo inició en el cicloturismo, y el que le dio a elegir entre una bicicleta de montaña o de carreras cuando David le dijo que le quería pegar al pedal con saña.
Con 12 años y la ayuda de su padre el ahora sub 23 empezó a competir en carreras en categoría alevín. Y tuvo la fortaleza suficiente para trabajar durante cuatro años en un deporte tan sacrificado hasta conseguir su primera victoria. En el 2008, ya cadete de segundo año, en el Gran Premio Pista de Torneiros de Porriño. Era el primer salto de calidad de David, cuyo mérito comparte con su amigo y ex ciclista amateur vigués David Antepazo, que en esa etapa empezó a ayudarle en su preparación y le inculcó la importancia del trabajo en los entrenamientos. El fichaje del vilagarciano por el C.C. Estradense convirtió a Antepazo en su entrenador. Acabó la temporada segundo en el ránking gallego de su categoría.
«No me daba por vencido», recuerda el corredor vilagarciano. Las lecciones de Antepazo «me ayudaron a correr sin miedo, y a ganar en competitividad».
Después tocó el paso a juveniles, que dio en las filas del C.C. Padronés, y que saldó con cuatro pruebas en su vitrina, para despedir en el 2010 su etapa de formación y dar el salto a Sub 23. La categoría que define en un enorme porcentaje el ser o no ser de un ciclista.
Seis días de trabajo semanal
Y aquí es donde Veloso vuelve a aparecer en la vida de Rañó. Separados por 300 metros en sus casas de Sobradelo, a donde Gustavo se mudó tras casarse, la falta de equipo de este facilitó que ambos ciclistas coincidiesen mucho más para entrenar juntos. «Cando nos xuntabamos preguntábame como facer isto ou como facer o outro. E un día díxenlle, se queres que che bote unha man, bótocha», recuerda Veloso.
Empezaron así para David Rañó semanas de trabajo de seis días, desde la hora hasta las cinco de duración, con series de fuerza, de velocidad y de potencia. Y sus buenos frutos están dando. «Noté mejoría. Sobre todo subiendo. Y a nivel moral». Un factor este clave en el crecimiento de un corredor.
Veloso, al que Rañó califica de ídolo personal junto a Óscar Freire, dice que su labor con el chaval se centra sobre todo en «ensinarlle os erros que non debe cometer, a importancia dos adestramentos, e algún truco. Sobre todo lectura e tácticas de carreira». Casi nada viniendo de uno de los ciclistas más inteligentes del pelotón nacional.
ciclismo El de bamio entrena al joven y prometedor corredor local David Rañó