Desde la década de los 90 hubo una treintena de crímenes por narcotráfico en la ría
30 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Aunque hubo algunos escarceos anteriores, los anales oficiales del narcotráfico arousano dicen que el primer ajuste de cuentas con resultado mortal fue el del crimen de Benavente, en el que perdió la vida el tesorero de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, José Manuel Vilas Martínez, mano derecha de Pablo Vioque.
Aquello fue en el año 1992, y a partir de ahí se sucedieron hechos tan estrambóticos unas veces y tan crueles otras que podrían formar parte del argumento de la mejor película de Quentin Tarantino. En la mente de los arousanos está aún el crimen del pub Museo, donde perdió la vida Danielito Carballo a manos de Antonio Chantada, que después de buscar y asesinar también a José Juan Agra, se suicidó. Año y medio después murió el tío de Daniel Carballo. A Manuel Baúlo, el Caneo, lo mataron en su propia cocina unos sicarios que dejaron a su mujer inválida en una silla de ruedas.
Fue en 1993, un año que empezó con ese crimen y finalizó con otro todavía más llamativo, el de dos correos que fueron enviados a un taller de Meis a cobrar una deuda y terminaron -supuestamente, porque los cuerpos nunca aparecieron- asesinados y enterrados en cal viva dentro de un pozo. Y aunque no directamente relacionado con la ría, aunque una de las víctimas era vecino de Meaño, en 1997 toda Galicia se sobresaltó con la carnicería que tuvo como escenario un hostal de Vilaboa, en el que murieron asesinadas a tiros tres personas. Ocurrió en el mes de enero, y sin tiempo para recuperarse del susto, en marzo aparecieron los cadáveres de dos mujeres y un hombre asesinados también en un descampado en el que iba a construirse el polígono de Cabanelas, en Ribadumia.
Como el Guadiana
Los ajustes de cuentas no tienen un patrón común ni un modus operandi que los identifique; a veces se planifican con tiempo y se ejecutan con sangre fría, y otras son más bien el resultado de una situación que a alguien se le va de las manos o el desenlace de una tensión acumulada. Cuando no se puede acudir ni a la policía ni a los juzgados, antes o después alguien se toma la justicia por su mano. Por eso, en los treinta años que suma ya la historia del narcotráfico en Arousa, hubo temporadas con demasiados muertos -fue en esas épocas cuando se quiso comparar a Galicia con Sicilia- y otras de calma chicha.
El crimen del molino
Por eso sorprendió tanto el caso de Ramón Outeda, porque hacía muchos años que en Cambados no sonaban las pistolas en una corredoira. Pero en junio del 2005, al cambadés lo mataron delante de su casa. No fue un hecho aislado. A ese año se le podría bautizar como el del resurgimiento, porque unos días antes de que se despidiese, el 3 de diciembre, aparecieron muertos y calcinados en un molino abandonado de Cambados los primos Ricardo y José Ángel Feijoo. Había vuelto la vendetta.
Y si bien es cierto que los casos al estilo película americana se quedaron, al menos de momento, en ese viejo molino, los amagos, las amenazas y los secuestros disimulados no dejaron de sucederse.
En el año 2008 murió en Marruecos Javier González, un vecino de Cambados al que se le buscaba por el crimen del molino, y aunque nadie fue testigo de lo que ocurrió en África, fuentes que investigaron los hechos hablaron siempre de un ajuste de cuentas. Ese mismo año, en Madrid, mataron de un tiro en la cabeza a Alfonso Díaz Moñux, que había sido abogado de David Pérez y era pareja sentimental de la letrada cambadesa Tania Varela. Aunque el caso todavía sigue sin resolver, la sombra del ajuste de cuentas siempre planeó sobre el crimen.
En A Pobra, el año pasado tirotearon a un hombre que falleció días después, y fue por un problema de drogas. Meses más tarde, tres hombres huyeron en un coche después de herir de dos tiros a un joven en O Grove. Luego pasó lo del peluquero de Cambados, que para salvar la vida tuvo que saltar por la ventana de su negocio, y el extraño caso del narco cambadés que huyó de sus captores y se fue al cuartel a denunciarlo.
La vendetta volvió a la ría en el año 2005 con el asesinato de los primos Feijoo