De los cinco candidatos que lograron representación en mayo, solo Fole y Fajardo se mantienen en el pleno de Vilagarcía
22 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.La Policía Local de Vilagarcía se lo llevaba en volandas. Corría el año 2000, aquel que cantaba Miguel Ríos, y Olimpio Castelo presidía el recién nacido Consello do Mexillón. Como miembro de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, se había encerrado en la Casa Consistorial para protestar contra la licencia concedida a los archifamosos depósitos de Ferrazo. «La democracia ha venido, nadie sabe cómo ha sido», acertó a comentar el mejillonero barbanzano mientras un par de agentes lo conducían el exterior del edificio de Ravella. ¿Que a qué viene todo esto? Bueno, resulta que en la capital arousana, sin hacer ruido, se ha producido un recambio político y generacional que se ajusta como un guante al principio enunciado por Castelo. La renovación ha venido, nadie sabe cómo ha sido.
En apenas ocho meses, tres de los cinco candidatos a la alcaldía que obtuvieron representación en las elecciones locales de mayo han renunciado a su acta de concejales. El socialista Modesto Pose ni siquiera llegó a tomar posesión. El independiente José Luis Rivera Mallo jugó sus cartas con pericia para retornar al Partido Popular de la mejor de las maneras: ocupando un escaño en el Senado. Ahora, es el nacionalista Xosé Castro Ratón quien tira la toalla tras doce años en la trinchera de Ravella. Así las cosas, solo continúan al frente de sus respectivas formaciones Tomás Fole, como alcalde por el PP, y Juan Fajardo, líder de Esquerda Unida. Parece una especie de síndrome, pero así es.
Modesto Pose tiene 56 años, uno más que Castro Ratón, que el 25 de julio redondeó los 55. Rivera, el más veterano de todos ellos, anda por los 75. Como verán, sus sucesores son bastante más jóvenes. Por lo que respecta a las formaciones de la izquierda, ninguno de sus portavoces en la capital arousana alcanza los 40 años. Juan Fajardo tiene 38, la socialista Tania García cumplirá 37 el día 27 y María Villaronga, llamada a convertirse en la figura de referencia del BNG tras la renuncia de Ratón y el anuncio de Ana Lorenzo de que no repetirá en el 2015, es la más joven con diferencia: solo 27 años. Veinte menos que el regidor, el conservador Tomás Fole, que cumplirá 47 el día 28. Así que ya lo ven, sin proponérselo, la corporación de Vilagarcía tiene en sus manos la fórmula del rejuvenecimiento repentino. Sin traumas ni ruido. Quién lo hubiera dicho.
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