«De algún sitio saldría aquel tren de vida; realmente era el prototipo de ejecutivo agresivo»
AROUSA
Uno de los miembros de la ejecutiva que Pablo Crespo formó en el Partido Popular de Vilagarcía, primero en forma de gestora, y a partir del congreso de 1997 como una dirección debidamente constituida, no tiene dudas a la hora de destacar por encima de los demás un rasgo del número dos de Correa: «Era un gentleman, supertécnico, muy metódico, estricto, riguroso, con las ideas muy claras, nada de andarse con rodeos, resolutivo y contundente, realmente era el prototipo de ejecutivo agresivo». «De algún sitio saldría aquel tren de vida, pero realmente lo apoyamos mucho por esa imagen», matiza.
«No lo recuerdo muy bien, pero creo que no le faltaba ni el barco, le gustaba vivir bien, eso está claro», indica otro antiguo afiliado del PP, al que la operación Crespo le dejó muy mal sabor de boca: «Los empresarios que le apoyaban aquí ya habían intentado cargarse a Rivera con aquel famoso fax sobre su operación a vida o muerte en Madrid, con las elecciones de 1995 encima. Este señor vino para hacerles los deberes y lo que logró fue cargarse el partido para muchos años, de hecho nunca volvió a ser lo que era».
«Siendo un tipo listo y hábil, sumamente riguroso por su formación y por la familia de que venía, me sorprendió su detención», reconoce su compañero de ejecutiva. «Supongo que vio el filón y fue a saco; el poder hace perder -concluye- la óptica sobre lo lícito y lo ilícito».