La crisis iguala en la comarca el número de emigrantes y el de inmigrantes

AROUSA
Hace siete años llegaban a O Salnés mil personas más de las que se iban
09 nov 2013 . Actualizado a las 06:58 h.Como en tiempos que ya se creían superados, la emigración es la única salida laboral a la que se ven abocados los gallegos. Y sobre todo, los arousanos, una de las comarcas más castigadas por el desempleo como acaban de ratificar los últimos datos del paro publicados hace unos días. Es un fenómeno presente en cualquier foro laboral que se celebre en la comarca, en las estadísticas que manejan los sindicatos, en las ofertas de empleo que penden de las oficinas del Inem y, por supuesto, en las conversaciones callejeras.
Por eso es lógico que los datos oficiales casen con esa tendencia. El Instituto Galego de Estatística recoge todos los años los movimientos migratorios en las comarcas gallegas, y las series anuales confirman que cada vez son más los que se van y menos los que llegan, rompiéndose así una tendencia que se mantenía en los últimos años, en los que la comarca se había convertido en tierra acogedora, desde los emigrantes retornados a los inmigrantes que trabajaban en el mar, sin olvidar tampoco a los polizones que llegaban ocultos en las bodegas de los barcos.
El 2012 se cerró en la comarca con un saldo migratorio positivo de tan solo 56 personas; o lo que es lo mismo, el año pasado se fueron de O Salnés 3.320 habitantes y vinieron 3.376. Hace tan solo siete años, entre emigrantes e inmigrantes había una diferencia que superaba el millar de personas a favor de los segundos. Tomando como ejemplo el 2007, ese año se instalaron en O Salnés 4.108 personas que llegaron de fuera; en sentido inverso, se habían ido 3.235.
Esos datos merecen dos puntualizaciones. La primera, es que no recogen las estadísticas del 2013, por lo que al cierre de este año podría darse incluso un saldo migratorio negativo, dada la cantidad de arousanos que tuvieron que huir del paro en busca de una salida laboral en el extranjero. La segunda, es que si la emigración fue un fenómeno inherente a Galicia en el pasado, hay un dato importante que lo diferencia; entonces emigraban los menos formados; ahora lo hacen incluso los universitarios.
En la comunidad
La tendencia es similar en toda Galicia. En el año 1990 había un saldo migratorio positivo de 3.324 individuos; el año pasado, en cambio, lo fue de 1.246; es decir, baja el número de personas que se asientan en la comunidad frente a los que se van.