O Montiño es una de las principales bolsas de suelo que el nuevo PXOM prevé edificar

AROUSA

El último plan parcial, tramitado en el 2007, planteaba construir 247 viviendas
13 nov 2013 . Actualizado a las 14:50 h.El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha ralentizado todo cuanto tiene que ver con la actividad constructiva. Tanto, que proyectos como el de la urbanización de O Montiño, pendiente desde el convenio que la familia Sánchez de Diego y el Concello de Vilagarcía firmaron en 1998, todavía no han pasado de los papeles. Aquel documento permitió a la capital arousana disponer de un amplio espacio de protección arqueológica, 19.434 metros cuadrados, en torno al asentamiento prehistórico del castro Alobre. La contraprestación para los propietarios de esta zona del municipio no llegó, sin embargo, a desarrollarse. La reforma del Plan Xeral de Ordenación Municipal ofrece, ahora, otra oportunidad para ello.
Con la tramitación de la revisión a punto de iniciarse -Ravella debe remitir el documento base a la Xunta para un primer informe- la empresa redactora, Eptisa, sitúa en O Montiño una de esas bolsas de suelo llamadas a sustentar la creación de nuevas viviendas. Limitada por el propio yacimiento castrexo y por el parque de O Castriño, la parcela, de unas dos hectáreas de superficie, cumple todas las condiciones establecidas por los diseñadores del plan urbanístico: se encuentra entre núcleos de población bien consolidados y contribuiría a completar la trama urbana sin necesidad de inversiones desorbitadas en su dotación de servicios. De hecho, constituye, junto a la finca do Ouro, a la antigua sede de Lantero y al solar sin explotar contiguo al colegio de A Escardia, la principal reserva de terreno edificable inmediata al centro.
El último intento de urbanización data del 2007, año en el que la propiedad tramitó un plan parcial ante la Xunta. La propuesta incluía la construcción de 247 viviendas en tres bloques de planta baja, tres pisos y aprovechamiento bajo cubierta. Además de la cesión correspondiente al área arqueológica, el diseño planteaba 5.000 metros cuadrados de zonas de uso público y libre, aunque de titularidad privada, y 8.649 metros destinados a la apertura de viales, de alrededor de 16 metros de ancho. De llevarse a cabo, las comunicaciones de la urbanización se solucionarían, necesariamente, a través de la avenida Doutor Tourón y de la travesía Pablo Picasso.
El plan corregía los inconvenientes que Patrimonio había objetado en un informe del 2005, que alertaba de que uno de los bloques se situaría a tan solo diez metros de distancia de la base del terraplén defensivo del castro. Sin embargo, un nuevo obstáculo surgió en el 2007, cuando la Xunta bipartita estableció la suspensión de toda tramitación cuya área de actuación se encontrase a menos de 500 metros de la línea de costa. Desde entonces, poco más se supo.