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Cerca de cuatrocientos euros por 6,5 kilos de centollo

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE

AROUSA

MARUXA ALFONSO

O Grove subastó los mejores ejemplares con fines benéficos. El macho, fue devuelto al mar

27 nov 2013 . Actualizado a las 06:55 h.

A precio de oro se cotizó ayer el centollo en la plaza de O Grove. Pero es que el fin era benéfico. El Concello subastó los dos ejemplares que ganaron el concurso de marisco vivo organizado con motivo de las jornadas que se celebran en el municipio. Y consiguió recaudar, por los dos, 395 euros exactamente. Cantidad que, en breve, será donada a Cáritas. De la hembra darán buena cuenta en el restaurante Areoso. El macho, en cambio, ha corrido mejor suerte. Ha sido indultado y devuelto al mar.

«Las chicas primero», con estas palabras comenzó el subastador la puja por los dos mejores ejemplares de centollo. La hembra, de 2, 50 kilos, tenía un precio de salida de 50 euros. Aunque tímidamente, su coste fue subiendo poco a poco. Los propietarios de los restaurantes Herlogón y Areoso fueron los que más fuerte pujaron. Y este último se llevó la centolla. Un hermoso ejemplar que, asegura, será degustado en su restaurante. «Esta peza vai estar riquísima. A nosa cociñeira vai saber preparala», explicó Gonzalo Naveiro, propietario del restaurante.

Más disputada estuvo la subasta del macho. Un hermoso ejemplar de 4.350 kilogramos, pescado por el Chapeliño, que también tuvo un precio de salida de cincuenta euros. Enseguida llegó a los cien euros. En la puja intervinieron incluso unos restauradores de Barcelona, que estaban por la plaza en el momento de la subasta. Y aunque el propietario del restaurante Areoso estuvo pujando hasta el final, fue un particular de la localidad el que se lo llevó. Pepiño González, que así se llama el ganador, y su hija Sara se hicieron con este centollo de más de cuatro kilos, por el que pagaron 245 euros.

Pero nadie dará, por ahora, buena cuenta de este centollo. Sus nuevos propietarios marcharon corriendo para subirse en un barco que iba a devolver al mar a este ejemplar. «É o mellor que podemos facer», explicó Pepiño. El crustáceo llevará una marca en una de sus patas, que permitirá a los marineros identificarlo. Y es que su propietario quiere que, si alguien lo vuelve a pescar, lo subaste de nuevo a favor de Cáritas. «Aquí no Grove, por suerte, podemos comer centolo todos os días», explicó al tiempo que insistió en la necesidad de apoyar la labor de la organización benéfica.

Al final, O Grove consiguió recaudar 395 euros con la venta de estos dos ejemplares de centollo. El dinero será, en breve, remitido a Cáritas.