
Tiene 18 años, así que cuando sean las elecciones europeas, votará pro primera vez. Y sin embargo, hace ya mucho tiempo que en el campo de la música se desenvuelve en un mundo de adultos en el que se maneja como pez en el agua. Porque Santiago Fontes Mondragón no es un aficionado a la composición; es ya, de pleno derecho, un compositor. Le avalan dos premios. Los dos concursos a los que se presentó. El año pasado ganó el concurso gallego de composición organizado por la Federación galega de bandas de música populares y la Asociación galega de compositores, con su obra Camiños da luz. Y este año se presentó al certamen Valera Silvari que promueve el Conservatorio de Santiago y que está abierto a los alumnos de toda Galicia. Y otra vez lo ganó. Y no compite con estudiantes de su edad, compite con maestros que llevan toda la vida dedicándose a la creación musical. Santiago ya lo tenía muy claro, pero este segundo premio ratifica que eligió el camino correcto.
«Noite meiga»
Frente al tema elegido para la composición anterior, de carácter sacro e inspirada en el Camino de Santiago, el joven músico prefirió esta vez adentrarse por senderos más oscuros aunque también de tradición gallega, y así surgió Noite meiga, que es como la otra cara de la moneda de su composición anterior. «Representa al mundo de las brujas, los mitos y las leyendas -explica su autor-. En la primera parte hay una congregación de brujas en el monte, y en la segunda llega Satán y celebran la misa negra, para acabar en la tercera con un gran banquete». Las notas musicales que acompañan a ese aquelarre u orgía satánica convencieron al jurado, que otorgó el primer premio al joven compositor vilagarciano.
Por el buen camino
Santiago reconoce que se mueve en un mundo de adultos y que la competencia va a ser difícil, pero él a los 7 años decidió que se quería dedicar a la música y cada día está más convencido de que eligió el camino correcto. Empleó dos meses en la composición de Noite meiga, un tiempo que tuvo que compaginar con sus estudios en el Conservatorio de Música y en el instituto, donde cursa segundo de Bachillerato. Es, además, músico en la Banda de Vilagarcía, por eso su obra la escribió para bandas, «porque es lo que más conozco y donde me siento más cómodo». Cuando acabe el curso, los alumnos del Conservatorio de Santiago interpretarán su composición. Que se vayan aprendiendo el nombre, que habrá bis.