Luis Miguel Rosales y sus compañeros pusieron en marcha en el 2013 Nocturna, el festival de cine fantástico de Madrid. Considera que algo parecido se podría hacer por aquí. Las cifras que da parecen confirmarlo y denuncia la falta de interés de los políticos.
-Hablemos de Nocturna. ¿Cómo surge esa oportunidad?
-En 2010 hicimos un documental sobre Paul Naschy. Lo estábamos presentando en Oporto y estando allí nos dijimos ?vaya, en Madrid no hay un festival de cine?. Esa idea se estuvo madurando un año. Teníamos los contactos. Yo, por ejemplo, he estado en casa de Chistopher Lee tomando el té con él. He estado con Benicio del Toro, con Robert Englund, con Harrison Ford... Decidimos intentarlo y llevamos dos ediciones y estamos preparando la tercera. En la primera edición hicimos el estreno mundial de The Conjuring, y es muy raro que un festival en su primera edición pueda contar con un estreno mundial de una película de una major. En la segunda edición fuimos una de las cinco ciudades que tuvimos la premiere de Al filo del mañana, de Tom Cruise. Hay un trabajo previo.
-¿Sería imposible hacer un festival parecido en Galicia?
-Aunque no te lo creas, se lo propusimos en dos ocasiones a la Xunta. El proyecto que acabó siendo Nocturna en Madrid se le presentó exactamente igual a la Xunta y lo descartaron. Sitges es un pueblo muy parecido a Vilagarcía. Vilagarcía se está convirtiendo en una ciudad dormitorio. ¿Qué le ofrecemos al turista? Nada. El dinero no es el problema. Hacemos Nocturna en Madrid por 70.000 euros y hemos tenido figuras de primer orden. En Vilagarcía tenemos un grave problema que es la ceguera de nuestros políticos. Parece que lo único que interesa son los eventos deportivos, para que venga una figura un día. Es absurdo. Creo que hay cabida para todo. El festival de Sitges nació como una idea para estirar la temporada estival, para que los hosteleros de la zona pudieran tener un mes más de verano. Nosotros deberíamos tenerlo como ejemplo e intentar hacer algo que atrajera a la gente. Este año en Madrid hemos tenido 26.000 personas con una inversión de 70.000 euros. Eso es riqueza. Publicidad exterior, ingresos hosteleros. Pero hay que creer en el proyecto y trabajar. Y parece que a los políticos de nuestro país, en general, no les interesa trabajar.