Pesaba 195 gramos y escondía dentro una sorpresa
09 ene 2015 . Actualizado a las 08:41 h.En el corral de Luis Cores, en O Terrón (Vilanova), una gallina alumbró en noviembre un huevo de 195 gramos, y desde entonces ha permanecido expuesto en el restaurante Luz de Luna, convirtiéndose en la atracción del negocio familiar. Todo el mundo hablaba del huevo gigante y todo el mundo se preguntaba qué habría dentro de este prodigio de la naturaleza. La incógnita quedó despejada ayer. La encargada de proceder fue Elena Cores, que no las tenía todas consigo. A saber lo que podría salir de allí. «Que asco, que brando está isto», dijo cuando metió la uña para romper la cáscara, pero pronto comprobó que sus prejuicios eran infundados. De allí ni salieron malos olores ni un pollo mutante. Salió una clara y una yema como las de cualquier huevo, grandes eso sí, y con sorpresa: otro huevo, como si de una matrioska se tratara.
El primero de España
El segundo resultó del todo normal, en tamaño, en textura y contenido. Su clara y su yema eran como las que puede encontrarse cualquiera al hacer una tortilla en casa. «O mesmo que o ovo xaponés, que tamén tiña dobre cáscara», apuntó Elena en alusión al huevo más grande del mundo registrado en el Guinness. El de Vilanova figura en los registros de los récords como el más grande de España y el tercero del mundo, y su historia no terminó ayer. «Imos a pegalo [la cáscara] e poñelo nunha caixiña de cristal», explicaba Carmen. Y es el que huevo ya forma parte del paisaje del restaurante. Desde que el 25 de noviembre La Voz de Galicia contó su historia, los clientes no han dejado de peregrinar a una suerte de altar sobre el que se ha dispuesto el famoso huevo, el recorte de periódico, un colondro también gigante y una figura de Pablo Iglesias hecha en ganchillo por Elena, «porque aquí se celebran las asambleas de Podemos», explica.
Un congrio, y un pulpo
El huevo se convirtió en un talismán, hasta el punto de que fueron muchos los que frotaron sobre él décimo de lotería. «En Navidad non tocou nada pero en Reis tocaron 60 euros». Lo que nunca se sabrá es cuál es la gallina responsable. En la huerta hay veinte ponedoras «e a saber cal foi». «Nós estamos pendentes a ver se sae outro destes, pero nada», comentaba Carmen. Y es que en la casa de los Cores-Leiro están empezando acostumbrarse mal. No solo tienen huevos gigantes. En el restaurante cocinaron un congrio de 35 kilos y un pulpo de 15 «que tiña as patas máis gordas que o brazo da miña filla», relata Elena. Y de su huerta salieron también una patata de dos kilos y una sandía de quince. ¿Pero que tiene esa tierra?. «Esterco do mar». Visto lo visto, mejor abono, imposible. En cuanto al contenido del fabuloso huevo, se irá a la basura. Tiene buen aspecto, pero no se atreven a comerlo. Por si acaso.