María Iglesias, veterinaria: «No recomiendo tener a este tipo de animales en casa, es preferible un gato o un perro»
AROUSA
Por su consulta han pasado caimanes, monos, tortugas, arañas, serpientes, escorpiones y otra fauna de lo más variopinto. María Iglesias tiene una experiencia de más de dos décadas tratando animales de los llamados exóticos y llega a la conclusión de que, estas especies, mejor en su hábitat. «Yo no las recomiendo como tener en casa. Para una persona que está bien informado y sabe tratarlos, sí, pero para alguien que quiere una mascota sin más, no. Es preferible un gato o un perro», explica. «Estos animales a veces vienen directamente de otros países con enfermedades asociadas, por eso no es bueno que estén en contacto con los niños».
El día a día en el Centro veterinario de Sanxenxo le enseñó que quienes saben lo que tienen entre manos son los menos. «Estos animales necesitan unas condiciones de alimentación y unas instalaciones en condiciones que no siempre son fáciles de conseguir». La mayor parte de las patologías que presentan son, precisamente, por no cumplir estos requisitos. «También se dan casos de personas que los compran de pequeños y no se dan cuenta lo que va a suponer cuando crezca». Una tortuga de las comunes, que se tienen en casa en una bañera, pueden llegar a alcanzar los dos kilogramos «y eso provoca que muchas acaban abandonadas, convirtiéndose en especies invasoras de la flora y fauna autóctonas», explica la expertas.
Una moda que irá a menos
En su opinión, la moda de las mascotas exóticas es un fenómeno que irá decayendo con el paso del tiempo «porque cada vez está más regulado y hay más exigencias para tenerlas».
María Iglesias ha tenido en su consulta un caimán que llegó de contrabando desde México en el bolsillo de un turista y animales agresivos, como aquel mono macho adulto que se le echó encima, lo que le costó varios puntos de sutura en el brazo.
Internet no todo lo puede de modo que son necesarios profesionales especializados para atender a esta fauna salvaje obligada a vivir en las ciudades. Ella tuvo que viajar a Alemania e Inglaterra para formarse en la materia. Hoy es posible hacerlo en España y en las clínicas es fácil ver a una serpiente con neumonía o a una araña con trastornos alimentarios.