Ángel Sánchez gana su primera carrera en el pelotón profesional

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

cedida federación Portuguesa de Ciclismo

Solo siete meses después de su atropello, el cambadés del F.C. Porto completó el Memorial Bruno Neves en solitario con casi 3 minutos sobre el segundo

21 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de los ciclistas profesionales acaban su carrera sin conocer las mieles del triunfo. Privados de esa indescriptible sensación de recompensa a los miles de kilómetros de rodaje con lluvia y sol, frío y calor asfixiante, reflejada en sus teces y tras los focos de la castigada musculatura. No será el caso de Ángel Sánchez Rebollido. El joven cambadés (12 de abril de 1993) que hace un año y medio daba el salto al gran pelotón apadrinado por su mentor y buen amigo Gustavo César Veloso de la mano del hoy W52-F.C. Porto, y que el domingo estrenó su palmarés como profesional imponiéndose en la meta del octavo Memorial Bruno Neves. La tercera prueba puntuable para la Taça (Copa) de Portugal. Una carrera de 143 kilómetros entre Oliveira de Azeméis y Nogueira do Cravo, en el norte del país vecino, en la que también se enfundó el jersey de ganador de los esprints.

Del pulso al dedo al aire

Con seis vueltas a un circuito muy duro, recordaba ayer Sánchez, con continuos repechos y llanos y un alto de tercera de 1.500 metros de ascensión, el cambadés siguió la estrategia de su equipo, con el primer y segundo de la general provisional de la Taça, respondiendo a los ataques del resto de formaciones. A la segunda, ya en una grupeta de una docena de ciclistas y animado por su compañero Rui Vinhas, Ángel saltó a por el recién demarrado João Matias (Súper Froiz), llevándose con él a Tiago Ferreira (Liberty) alrededor del kilómetro 45. Al 95 «nos dieron la referencia con el grupo que avanzaba por delante del pelotón, vi que no había entendimiento con mis compañeros de escapada, y que no iban; y salté», relata. Ferreira se quedó. Matias lo intentó. Cuando Ángel vio que en poco tiempo «ya les sacaba un minuto, me lo planteé como un pulso con el grupo perseguidor».

El arousano entraba en meta en solitario en 3 horas, 31 minutos y 24 segundos. Apuntando con su dedo al cielo, hacia donde lanzó un beso dedicado a su abuelo Modesto Sánchez, Teto, histórico del ciclismo gallego y la razón de que Ángel sea ciclista, fallecido el pasado otoño solo una semana después del accidente que casi le costaba la carrera a su nieto. Antonio Barbio (Efapel) entraba segundo 2 minutos y 56 segundos después.

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