
Los propietarios están recurriendo de forma individual la orden de demolición
08 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La sentencia que ratifica la orden de demolición que pesa sobre la urbanización de Raeiros no afecta a los 52 chalés que conforman este complejo. Diversas fuentes consultadas confirmaron ayer que esta se refiere solo a cuatro de las viviendas, porque los propietarios de las mismas están recurriendo de forma individual las notificaciones que les remite la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU). Esta entidad, por su parte, explicó que sigue dando los pasos necesarios «para executar a resolución do ano 2010 pola que se ordena aos propietarios demoler as súas propiedades, unha decisión confirmada pola xustiza».
Para la Xunta, las decisiones judiciales constatan que, a pesar de que en su día Inproin tenía licencia para la construcción de un apartahotel en Balea, «finalmente executou unha parcela urbanística con 52 propiedades individuais articuladas arredor dunha zona central e nas que se implantou un uso residencial privado», explica la consellería de Medio Ambiente. Por eso, insiste, la APLU seguirá trabajando para que se cumpla su resolución del año 2010, en la que decretaba la demolición de todo el complejo y la vuelta, a su estado original, de la parcela en cuestión.
En el otro lado de la balanza se encuentran los propietarios de estas construcciones. Llevan desde el 2007 peleando en los juzgados para evitar el derribo de Raeiros. Y su tarea todavía no ha terminado. De hecho, no consideran que la sentencia de lo Contencioso-Administrativo de Pontevedra sea el último paso, ni mucho menos. Es más, esta solo afecta a cuatro de las 52 viviendas que hay en este entorno. Porque, en los últimos meses, han sido cada uno de los afectados, de forma individual, los que han recurrido a los tribunales. Esta no es la primera sentencia sobre este caso que se emite en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo de Pontevedra. Hay más y, algunas de ellas, no son tan demoledoras como la que ayer hizo pública el tribunal, explicaron diversas fuentes consultadas. Por el contrario, hay otras viviendas a las que todavía no se les ha comunicado, de forma oficial, la orden de derribo de la APLU, y algunas más que todavía no han agotado la vía administrativa. De ahí que se prevea que el proceso se siga dilatando.
Fue en el año 2007 cuando la Xunta comunicó por primera vez a los promotores de Raeiros que el uso de la finca no se correspondía con el que constaba en la licencia de apartahotel y que, por lo tanto, era preciso restituir el terreno a su estado original. Desde entonces, ha habido un sinfín de sentencias, la mayoría, favorables a los argumentos esgrimidos por la APLU.
Un complejo que se publicita en las principales webs de reservas turísticas
«Chalé enfrente a la playa de Raeiros, al lado de la playa de A Lanzada. Complejo de lujo, todo amueblado, con aire acondicionado, y con restaurante, piscina, spa, jacuzzi, canchas de tenis, pádel, squash y parque infantil». Así se publicita actualmente el complejo de Raeiros en las principales webs turísticas, donde también se encuentran comentarios de gente que ha estado ya en varias ocasiones alojada en este entorno. Algunos son de hace años y, en la mayoría de los casos, destacan la gran cantidad de servicios que ofrecen estas viviendas vacacionales. Los precios varían en temporada alta y baja, y van desde los 150 euros noche a los 250 euros.
Consultadas varias webs de reservas turísticas, queda claro que Raeiros se alquila, por lo menos, algunas de las viviendas que allí se ubican. Los calendarios están actualizados y pasar allí la última semana de noviembre tiene un coste de entre 1.200 y 1.500 euros, dependiendo de la web en la que se haga la reserva. También cuenta con un teléfono en el que se atienden todas las dudas del visitante y se da cumplida información sobre el espacio. El complejo triunfa entre quien lo visita, y solo cosecha comentarios positivos. A él acude gente de todas las nacionalidades, como lo demuestra el hecho de que algunas de esas valoraciones están en otros idiomas. Y tiene clientes que llevan una década veraneando allí.