Don Ramiro ya tiene su plaza en Vilagarcía, y es la más grande

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El propietario de Frinsa descubre, con retranca, la placa que da su nombre al entorno de Fexdega

10 mar 2019 . Actualizado a las 22:21 h.

«Pido perdón a los vilagarcianos, porque cuando regrese a Vilagarcía les voy a robar una plaza». Así, tirando de retranca, despidió ayer Ramiro Carregal Rey el breve discurso con el que agradeció la dedicatoria, a su nombre, de la mayor plaza de la capital arousana. Con una superficie que supera los once mil metros cuadrados, la plaza Ramiro Carregal constituye un espacio amplio e imponente, que sirve como vestíbulo al recinto de Fexdega, en el que una actividad ferial que tímidamente recupera un cierto pulso se combina con el despliegue, en su enorme pabellón diáfano, de múltiples actividades vinculadas al deporte base.

Con puntualidad británica y elegancia marca de la casa, el propietario de Frinsa acudió a una cita que el alcalde de la ciudad, el socialista Alberto Varela, se encargó de prologar. Recordó el regidor que Carregal «sempre está e sempre responde satisfactoriamente cando unha boa causa o precisa» y subrayó el nacimiento del responsable «dunha das empresas máis importantes de Galicia» en el municipio, así como la distinción de hijo predilecto que el pleno de Vilagarcía le concedió hace seis años.

Una pieza interpretada por la joven flautista Carolina Pedreira sirvió de introducción a un acto que congregó a un centenar de patronos de la fundación Amigos de Galicia, de la que Carregal es un importante benefactor. De ella, y de la asociación Arousa Fútbol 7, partió la iniciativa de dedicarle al empresario un espacio público en su ciudad natal. Idea a la que pronto se sumaron los clubes de fútbol Arousa S. C. y San Martín de Vilaxoán, con los que también colabora.

Tomó la palabra don Ramiro para rememorar que, en efecto, nació, creció y estudió en Vilagarcía para, a los 23 años, ser contratado por una sociedad multinacional que lo llevó a trabajar y residir en diversos países antes de establecerse en Ribeira, poner en marcha Frinsa y acabar adquiriendo un grupo conservero que bajo su mando se ha convertido en un verdadero puntal económico y laboral para «la ría más bella del mundo». «Tengo 91 años, 74 trabajados y 89 cotizados a la Seguridad Social, y seguiré trabajando mientras Dios me lo permita», subrayó el empresario antes de despedirse con la peculiar disculpa que abría estas líneas y desearles lo mejor a los presentes. «Buenos días aunque estén malos», concluyó Carregal mientras una fina lluvia acompañaba la pieza final, un Negra Sombra interpretado también por Carolina Pedreira.

La mayor plaza de Vilagarcía ya lleva, en definitiva, el nombre de Ramiro Carregal, cuya labor de mecenazgo en ambas orillas de la ría difícilmente podría pasar inadvertida. No había más que comprobar el nutrido grupo de personas que lo acompañaron en el descubrimiento de la placa. A él y a su familia, representada por su hermana Carmen, su hija Lourdes y su nieto, Yago.

La ocasión brindó, por lo demás, una serie de interesantes reencuentros. Como el de Torres Colomer, expresidente de la Diputación de A Coruña y antiguo alcalde de Ribeira (el actual regidor, el popular Manuel Ruiz Rivas, también acudió a Vilagarcía) con Rivera Mallo, en animada conversación. O la presencia de Xesús Palmou, al que no se veía en la ciudad desde hace tiempo. La ocasión propició reencuentros como el de Torres Colomer con José Luis Rivera Mallo