Debutó en el once titular, y hasta coprotagonizó su primera sesión de autógrafos
24 abr 2019 . Actualizado a las 11:23 h.«Uno de los mejores regalos de mi vida». De esta forma se refería el pasado día 9 la jugadora grovense de la U.D. Tacuense de Tenerife Lidia Riveiro Cacabelos (8/V/2003) a su primera convocatoria para jugar con una selección española, tras conocer la llamada de la responsable del combinado femenino Sub-16, Toña Is, para el Torneo Internacional de Montaigu. Ayer, solo un día después de su regreso de la cita en Nantes, Francia, Lidia hablaba de «premio» en el relato de su experiencia única. «Premio» a su esfuerzo diario, no solo por figurar en la selecta lista de 20 jóvenes promesas de Toña Is, sino por ser además una de las once jóvenes elegidas por la entrenadora nacional para salir de cara en el partido con el que España abrió hace siete días, el miércoles 17, la cita gala frente a China. «Sentí que la seleccionadora confiaba en mí, en que podía aportar al equipo», cuenta la arousana.
Lidia jugó los primeros 41 minutos de ese primer partido, sustituida por Marta Gasienica todavía con 0-0 en el marcador, con la chinesa Shao Ziquin firmando el único gol del encuentro en el minuto 58. En el segundo choque, el pasado viernes con empate a 2 ante Corea del Norte, la centrocampista de la U.D. Tacuense dispuso de alrededor del último cuarto de hora de juego. Y el domingo completó su participación en la cita de Nantes disputando el grueso de la segunda parte, tras entrar en el campo en el minuto 52 por Nuria Martínez frente a la selección anfitriona, Francia, con una igualada a unos que relegó a España a la última plaza del torneo.
La única espina que le queda clavada a Lidia es el hecho de no haber podido demostrar todo su potencial las dos primeras jornadas de Montaigu, situada en el campo por Toña Is en la demarcación de mediapunta, donde «no lo hice tan bien. Yo estoy para jugar donde me diga la entrenadora. Pero mi posición habitual es la de mediocentro, y no estoy acostumbrada a jugar de mediapunta», dice la arousana. Delante de Francia la seleccionadora la empleó de pivote y, sostiene, «jugué mejor».
Los tres encuentros en Nantes le han servido además a Lidia Riveiro para descubrir que el fútbol de selecciones es otra cosa: «La intesidad es otra. Se nota. No es como en el club. La intensidad que tienes que poner en los partidos internacionales no es del 100 %, sino del 200 %. Nos enfrentamos a algún equipo que fue campeón del mundo».
Aunque no ha recibido ninguna pista sobre en qué medida podría entrar en los planes de futuro de la seleccionadora, responsable también de un combinado nacional Sub-17 que ultima su participación en el Campeonato de Europa de la categoría, la vivencia no ha hecho más que alimentar la ilusión de Lidia Riveiro. Algo a lo que ha ayudado la cercanía de Toña Is a sus seleccionadas, a las que, señala la grovense, «nos visitaba todas las noches en nuestras habitaciones para preguntarnos qué nos había parecido el partido o el entrenamiento».
El debut con la camiseta de España regaló a Lidia Riveiro otra experiencia con la que no contaba, al menos tan pronto en su carrera. Tras una de sus sesiones de trabajo, las pupilas de Toña Is fueron requeridas por un grupo de niños franceses y sus padres para que las futbolistas les firmasen autógrafos a los pequeños, de unos 9 años de edad. «Fue emocionante. Yo siempre soñé con llegar a firmar autógrafos a niños», confiesa la arousana. Quizá más temprano que tarde lo pueda volver a hacer en la élite de un fútbol femenino en crecimiento exponencial.