Las croquetas y el revuelto de algas, también en chanclas y bañador

b. c. A ILLA

AROUSA

MONICA IRAGO

28 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En A Illa hay cada vez más chiringuitos de playa, quince este verano. Desde O Bao hasta O Carreirón pasando por Area da Secada no faltará donde saciar la sed con una cerveza fresca y alimentar el apetito con el socorrido bocata, la popular tortilla o los imprevisibles pimientos de Padrón. Pero en la cultura del chiringuito también hay amplitud de miras y la gastronomía más exclusiva encuentra su espacio a pie de playa. Las algas están ganando terreno en la cesta de la compra, en las cartas de los restaurantes y, últimamente, en los ambientes más guiris. En chanclas y en bañador, en Camaxe se puede comer algas en revuelto, en tortilla y, por primera vez este verano, en croquetas.

Es la última apuesta de Dani Otero Perilluco, que cuando montó el chiringuito hace tres años pensó que no sería mala idea cocinar esas algas que él mismo recoge trabajando de buzo. Y acertó. En A do Peri, que así ha dado en llamar a su negocio, hay cada vez más vecinos y turistas que acuden para probar estas delicias del mar, con el permiso de los mejillones al vapor y de la paella, que prepara él mismo.

El año pasado contaba con un cocinero, pero esta temporada arranca con él solo en la cocina y su mujer atendiendo la barra. A medida que avance el verano seguramente tendrá que contratar a un par de camareros, porque hay días de agosto en que no llegan las manos para atender tanta mesa.

El de Perilluco es uno de los chiringuitos más recientes en A Illa, frente a la veteranía de los de Vituco y Area da Secada, y parece que hay sitio para todos. Las dos últimas temporadas han sido muy buenas para este sector, a pesar de que el tiempo no siempre fue un buen aliado. Trabajo no falta. A Perilluco le quedan dos meses de duro trabajo por delante, de lunes a domingo, de sol a sol.

Es la cultura del chiringuito, que ha llegado a A Illa de Arousa para quedarse. Hasta bodas se celebran en estos restaurantes de verano, en los que, además de la gastronomía, cada vez se cuida más la estética. Al lado de la playa también da gusto comer.