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Así respira el buque verde de Greenpeace

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La funcionalidad y la eficiencia energética caracterizan la primera nave diseñada para la oenegé ecologista

26 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Para alguien que pudo recorrer con ojos de niño el Rainbow Warrior original en Ferrol, en 1980, antes de que la histórica fuga del muelle al que había sido confinado incrementase su leyenda, conocer la tercera encarnación del Guerrero del Arcoíris equivale a cerrar un círculo muy personal. Siendo objetivos, se trata de un velero magnífico, con dos mástiles en forma de A de cincuenta metros de alto y cinco velas cuyos originales fueron fabricados en Cuntis por North Sails. Por sí mismas y en una jornada propicia, le permiten desarrollar una velocidad de doce nudos.

Sus antecesores, explica el capitán Pep Barbal, fueron el resultado de un refit, la adaptación de un barco de segunda mano a los objetivos de sus nuevos propietarios. Este tercer emblema, en cambio, fue diseñado y construido específicamente para atender las necesidades del buque insignia de Greenpeace. María Martínez, la primera oficial, apunta que, aunque dispone de capacidad para albergar a una treintena de personas, la tripulación estándar del barco se sitúa en dieciséis, que en estos momentos proceden de quince nacionalidades diferentes. Una pequeña ONU en la que el inglés se impone como idioma franco y la convivencia, pese a la funcionalidad con la que ha sido concebido, es lo que es a bordo de cualquier barco. A veces fácil, a veces complicada. Por ello, desde los oficiales a los maquinistas, todos ellos rotan mar y tierra en turnos de tres meses.

De alguna forma, todos los pasillos conducen a la cocina, una babel culinaria en la que, indica Iván Montero, predomina una base vegetariana que quien lo desee puede alternar con tres días de carne y uno de pescado. «Pero nunca atún, está en la lista roja». No hace falta devanarse los sesos para comprender por qué. Así es el Rainbow Warrior, verde por dentro, verde por fuera.

Navegación a vela de un 70 % desde Algeciras a la ría

Uno de los principios irrenunciables que guían el funcionamiento del Rainbow Warrior es la eficiencia energética. Cualquier otra cosa supondría una grosera contradicción. Pepe Barbal subraya que, siempre que es posible, el buque despliega su velamen. De hecho, ha navegado a vela el 70 % del recorrido desde Algeciras a la ría de Arousa. Como alternativa, un generador de gasoil que alimenta un propulsor eléctrico. Y cuando es necesaria, la máquina general, claro.