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La alcaldesa de Meis tratará de impedir la fiesta del churrasco en «topless» de un club de alterne

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Su propietario de siempre arrastra dos condenas por prostitución y por no haber dado de alta a nueve de sus empleadas en la Seguridad Social

01 ago 2019 . Actualizado a las 20:38 h.

El Montparnasse es un club bien conocido en las Rías Baixas. Por su actividad, centrada en el negocio del sexo de pago, y por el currículo que ha ido acumulando su propietario de siempre, Carlos V. S., sobre quien pesan sendas condenas por no haber dado de alta en la Seguridad Social a nueve trabajadoras de alterne y por trata de personas en concurso ideal con delito de prostitución coactiva.

Desde mañana, el prostíbulo, ubicado en la célebre recta de A Goulla, en Meis, a medio camino de Vilagarcía y Pontevedra, tendrá un motivo más para echar cohetes: una zona chill-out que el Montparnasse inaugurará con un gancho en el que los apetitos se confunden hasta alumbrar una combinación no apta para todos los estómagos: camareras con el pecho descubierto y churrasco gratis para la clientela, sin excepción, aderezado todo ello con un espectáculo de estriptís y la concurrencia del inevitable dj. La cuña con la que se publicita se ha convertido ya en un pequeño hit veraniego en Arousa, a costa de situar la conciencia colectiva en algún lugar entre la entrepierna y los intestinos.

Para Mónica Novás, sexóloga y responsable del Centro de información á muller de O Salnés, la ocurrencia constituye el enésimo ejemplo de «utilización de la mujer como un cebo, algo que a estas alturas de la película debería estar muy superado». Más allá del caso particular, opina Novás, este asunto debería mover a la reflexión sobre la situación de la prostitución y la trata de personas en Galicia: «El de A Goulla es un local público, pero los pisos proliferan sin que sepamos en qué condiciones viven las personas que se prostituyen; es un problema al que nadie mete mano y deberíamos evaluar».

La primera en hacerlo ha sido la alcaldesa de Meis, la socialista Marta Giráldez, que acaba de anunciar que tratará de impedir «ata o último segundo» una fiesta ante la que confiesa sentirse avergonzada. «Non contan con permiso municipal para facer algo así, e dende logo faremos canto estea na nosa man para que mañá isto non se leve a cabo, recorrendo mesmo ás forzas de seguridade se fose necesario».