«Entregaba mi casa para empezar de cero y ahora me dicen que tengo más deudas»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

A tres días de firmar la dación en pago, una vilagarciana descubre que el banco le endosa 35.000 euros más de deuda

06 nov 2019 . Actualizado a las 20:57 h.

No es una mujer que le tenga miedo al trabajo. Tampoco es de esas personas que intentan eludir sus responsabilidades. M.P. es, simplemente, una persona a la que la vida le jugó una mala pasada. Todo se torció hace unos diez años, cuando la empresa que tenía con su marido se fue a pique, arrastrada por la crisis. También su relación se fue al garete, y el que hasta entonces había sido su compañero la dejó plantada con sus dos hijos, y afrontando una situación económica muy delicada.

En esa situación extrema, ella quiso apostar por salvar, antes de nada, su casa. Una vivienda en Cornazo en la que llevaba buena parte de su vida. «Quise pagar la hipoteca de la casa, pero me dijeron que no podía ser, que tenía que pagar toda la deuda», explica. Y por eso, a pesar de todos sus esfuerzos, se encontró con el agua al cuello, incapaz de hacer frente a todos los pagos que se le reclamaban. «Yo reconozco mi responsabilidad, no quiero estar viviendo en una casa que no puedo pagar», explica. Por eso negoció la dación en pago de su hogar para poder empezar a reconstruir su vida. «Sabía que no iba a ser fácil, que iba a ser duro, pero no me quedaba otra», señala. Antes del verano todo parecía resuelto. «Como eran malas fechas para buscar un sitio de alquiler, decidimos esperar hasta que pasase la temporada alta». Y hace unas semanas estaba previsto que se celebrase la firma de la dación en pago.

Ella ya está instalada en un piso de alquiler, y de hecho había comenzado a acariciar la idea de comprar». Tiene unos ingresos estables y arrestos suficientes para embarcarse en ese proceso una vez liquidadas las deudas. Y hasta el banco, el mismo banco que se iba a quedar con su vivienda, le ofrecía un piso «porque saben que soy una persona que cumple, que tengo todos los pagos al día; solo quería empezar de nuevo, y ya veía el camino libre».

Pero a tres días de que se formalizase la dación en pago, recibió un mazazo inesperado. Tanto, que la voz se le quiebra cuando habla del asunto. «Firmábamos un viernes, y el martes me llamaron del banco. Y como si tal cosa, como sin darle importancia, me dicen que después de la firma solo me quedaría hacerme cargo de la ‘pequeña deuda’ que quedaba». Se trata «de 23.000 euros que le reclaman a mi ex pareja, y de 12.000 euros más por una finca».

Incredulidad

«No me lo podía creer, no sabía de lo que me estaban hablando», explica M.P., que no acaba de entender que la pesadilla siga. Obviamente, canceló la firma de la dación en pago y ha vuelto a llamar a la puerta de Stop Desahucios, la plataforma que hace un tiempo la ayudó a encauzar la situación con el banco y con el fondo buitre en cuyas manos está su futuro. Desde la plataforma «se exige la condonación de la deuda reseñada o bien que el fondo de inversión no llegue a tomar posesión efectiva del terreno y que la entidad respete el acuerdo inicial con la familia».

Mientras el camino no se acaba de despejar, M.P. seguirá como siempre: acostándose a las doce de la noche, cuando sale de uno de sus trabajos, y levantándose a las seis y media para llegar a otro. Pagando sus recibos al día y ahorrando lo que puede para que su hijo menor pueda seguir estudiando. Intentando tragarse la ira que la embarga cada vez que piensa «en cómo intentaron engañarme» para entregar la casa y seguir endeudada. «Yo aún tengo las llaves de la vivienda, aún tengo cosas allí. Pero ya estoy en el piso... ¿Qué voy a hacer ahora?», se pregunta. Seguir luchando. No queda otra.