Una docena de buzos, entre voluntarios y Guardia Civil, rastrearon O Centulo. Esta mañana se retomará la búsqueda solo por tierra debido a la previsión de mar de fondo
14 feb 2020 . Actualizado a las 09:49 h.El mar no pondrá hoy las cosas fáciles a los integrantes del grupo de búsqueda de Iván Otero «Harri», el bateeiro de A Illa que el martes desapareció en Ons. Con una alerta naranja en la costa norte, para Pontevedra se auguran olas de entre cuatro y cinco metros. «A ver como amanece o día para poder seguir buscando», decía el patrón mayor de A Illa. Hablaba cuando el sol ya había caído, poco después de que el ejército de voluntarios que por tercer día rastreó el entorno de Ons comenzase su retirada, pasadas las seis de la tarde.
Durante el día, una decena de buzos voluntarios de la cofradía de A Illa habían trabajado sin descansoDurante el día, una decena de buzos voluntarios de la cofradía de A Illa habían trabajado sin descanso, centrando sus esfuerzos en el paso que queda entre la isla de Ons y el peñasco de O Centulo, al que se aferraron los náufragos de Rosa. Unos bajaban con bombona, otros con compresor. Se les unirían también profesionales de la Guardia Civil que, a pulmón, revisaron los vericuetos del fondo para intentar no dejar ningún hueco sin revisar. El esfuerzo fue inútil: no encontraron nada, ningún nuevo rastro. Y eso hizo que, con cada subida a la superficie, la esperanza de encontrar a Iván Otero se fuese desfigurando.
«Os buzos están exhaustos», explicaba ayer Juan Rial Millán«Os buzos están exhaustos», explicaba ayer Juan Rial Millán, que de nuevo quiso agradecer el compromiso demostrado por todos aquellos que se sumaron a los trabajos de búsqueda. Entre ellos, al barco mejillonero Vengarco, que por la mañana había salido al mar para servir como apoyo logístico a los buceadores, brindándoles un lugar en el que poder descansar entre inmersión e inmersión. Agradecimiento, también, a todas las personas que se sumaron a la búsqueda por tierra, espoleadas por las peticiones de ayuda y colaboración que no dejan de circular por las redes sociales y los grupos de whatsapp.
Las fuertes corrientes
Quienes conocen el entorno en el que se produjo el accidente de Rosa aseguran que se trata de una zona en la que hay muchas corrientes. Y parece que las predominantes estos día son las que se dirigen al norte. Quizás esa sea la razón por la que ayer el operativo de búsqueda basculó hacia esa zona. Según los datos transmitidos por Salvamento Marítimo, los helicópteros que se turnaron en el operativo cubrieron un área que llegó hasta Fisterra. Es más: además de movilizar a los grupos de emergencias de Sanxenxo y O Grove para recorrer la costa más inmediata a Ons, también se pidió la colaboración del GES de Muros, que fue requerido por Salvamento Marítimo para hacer una batida por tierra, revisando desde O Pindo (Carnota) hasta Muros.
«Isto é como buscar unha agulla nun palleiro»
«Isto é como buscar unha agulla nun palleiro», comentaba el miércoles uno de los buzos que aquel día había bajado en el entorno de Ons. Y ayer, otras voces volvían a repetir las mismas palabras. Porque el mar tiene sus propias leyes y las cambia a su antojo, y «Harri pode estar en calquera sitio». Eso hace que la frustración haya comenzado a hacer mella entre quienes buscan al bateeiro de treinta años desaparecido. En el operativo ha participado de forma activa su familia: su padre y sus hermanos, que han trabajado sin descanso y que están al límite de su resistencia. Uno de ellos estaba con Iván en el momento del naufragio. Ocurrió el martes, cuando los dos hombres, acompañados por un amigo, se dirigieron a Ons para comprobar si había mejilla para nutrir las cuerdas de una batea. Una ola volcó la embarcación y, aunque lograron nadar durante el tiempo suficiente para alcanzar O Centulo, en el último momento Iván desapareció. Desde entonces, todo el mundo busca a Harri.