La Patrona ha creado todo un sello de referencia con el que enseñar a los gallegos que este producto casa bien con cualquiera de nuestros platos: «Estamos rodeados de ellas; aprendamos, por lo tanto, a usarlas»
27 ago 2020 . Actualizado a las 15:45 h.En muchas ocasiones es nuestra propia mente la que levanta barreras y pone las limitaciones que se acaban por convertir en un credo que seguimos a ciegas, sin cuestionarnos de dónde viene. Nos pasa en la mayoría de los ámbitos de la vida y el gastronómico es, probablemente, uno de los que más castigamos. Es lo que nos quiere demostrar Cristina García, mente y manos de La Patrona, una marca de procesado de algas nacida entre las aguas de la ría de Arousa.
Porque, en contra de lo que podamos pensar, las algas son un producto tan de aquí, como un queso de tetilla, un pulpo a la gallega o un buen cocido en invierno. «Tenemos que dejar de pensar que las algas solo se comen en Asia. Son verduras marinas que podemos usar en crudo, asadas, en sopas, como complemento y de mil formas más», explica Cristina.
Nuestra patrona lleva dos años trabajando rodeada de algas, y con muy poca ayuda, ya que la empresa cuenta, como mucho, con dos personas más que colaboran en el preparado.
«A la espera de que la Xunta nos otorgue los permisos necesarios para ser nosotros los que nos encarguemos de la recolección del producto, por el momento compramos las algas a varias cofradías de la zona», explica. Una vez llegan a fábrica, Cristina y sus compañeras se encargan de tratarlas. «Todo el proceso es a mano», explica.
Para quién no lo sepa, existen dos formas de preparar las algas: «Podemos realizar un proceso de deshidratación, que suele durar tres días porque tienen un 90% de agua. Luego se almacenan y envasan. De esta forma las algas pueden aguantar hasta tres años en la despensa», expone Cristina. Existe otra forma de tratamiento, que es la salazón del producto, con el que puede llegar a durar hasta 18 meses. Las algas con las que trabaja la empresa van desde la Kombu, un alga parda de hoja gruesa y plana, hasta la Wakame, de origen japonés pero que crece en nuestras aguas, pasando por los clásicos Espaguetis y Lechugas de mar, y haciendo especial hincapié en el alga percebe o Codium, muy valorada por los restaurantes.
Nos gusta pero la usamos mal
«A nivel general, se puede decir que el interés por introducir las algas en nuestra dieta está creciendo», comenta la directora general, un fenómeno que puede estar muy relacionado con la creciente demanda de productos alternativos que completen dietas veganas o vegetarianas. «Las algas dan, a este tipo de dietas, el sabor a marisco sin comer carne», cuenta. Pero lo cierto es que sigue habiendo un desconocimiento general sobre el mundo que rodea a este tipo de verduras. «La gente no sabe cómo cocinarlas o cómo introducirlas en su alimentación. Estamos rodeadas de ellas, aprendamos a usarlas», dice. Además, son muchos los que siguen pensando que las algas que se comen son las que aparecen varadas en la playa. «Las algas que se comen son las algas vivas, las que están en el mar, que además no se arrancan de raíz, o no la mayoría, sino que se cortan, para que el tallo siga creciendo, igual que se hace con la verdura de tierra», explica Cristina.
En un nuevo intento de La Patona por desestigmatizar el uso de las algas, Cristina García añade en cada una de los envases individuales un receta diferencial para que el usuario aprenda a introducirlas en su dieta diaria. Pero no solo eso, sino que su página web recoge algunos artículos donde se dan consejos sobre cómo preparar tus algas de la mejor forma posible. Además, ese envase que te guía hacia un cocinado perfecto, también es ecológico, al no estar hecho con plásticos y al ser compostable, por lo que el impacto del tratamiento de las algas en el medio ambiente, es mínimo.
La Patrona se vende en tiendas de productos bio o muy especializadas, aunque también se encuentran en Alcampo, en la sección de pescadería.