La embarcación de recreo en la que falleció un vecino de Madrid al colisionar con una batea había zarpado de Cabo de Cruz
03 sep 2023 . Actualizado a las 20:40 h.«Estaban fuera de la procesión, no eran mayores ni jóvenes, iban en una lancha pequeña, de cinco metros de eslora; tampoco iban a toda velocidad, fue un despiste, un pequeño error». Este audio, difundido por un miembro de la tripulación que acudió de inmediato a socorrer a la embarcación accidentada, resume la tragedia que este sábado sacudió el mar de Arousa. Un hombre, de entre cincuenta y sesenta años de edad, vecino de Madrid, perdió la vida al embestir una batea el barco de recreo en el que navegaba junto a otras cuatro personas. El accidente tuvo lugar hacia las dos de la tarde, cuando la procesión marítima con la que A Illa conmemoraba la festividad de la Virgen del Carmen había concluido, y la imagen había sido conducida ya a tierra.
En pocos minutos, el helicóptero Pesca I de la Consellería do Mar y la patrullera Corvo Mariño de la Guardia Civil se pusieron en marcha hacia A Illa. Pero fueron otras dos embarcaciones las que primero pudieron auxiliar a los cinco náufragos y trasladarlos a tierra, al tiempo que remolcaban la lancha de recreo. A bordo, los rescatadores hacían el boca a boca al hombre que se había llevado lo peor del impacto. Por lo visto, quien manejaba el timón miró un instante a popa. Cuando volvió la vista a proa, tenían la batea encima. El golpe afectó a la parte delantera del pequeño barco, donde se disponen varios asientos en los que debía de viajar el fallecido. Otro de los tripulantes mostraba síntomas de varias fracturas, mientras los tres restantes tenían rasguños, pero ninguna herida de aparente consideración.
En el muelle de O Xufre se concentraron la Policía Local de A Illa, una ambulancia del 061, el médico que permanecía de guardia en el punto de atención continuada y servicios locales de emergencias como el de Cambados. Aunque el 061 movilizó también un helicóptero, fue el Pesca I el que trasladó al herido más grave, el que aparentemente sufría diversas fracturas, al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Por desgracia, su compañero había fallecido ya, sin que los esfuerzos por reanimarlo surtiesen efecto alguno. Una embarcación de la cofradía isleña colaboró en las tareas de rescate.
Procedían de Cabo de Cruz
A bordo de la lancha accidentada navegaban cinco personas. El hombre que perdió la vida y el herido que ingresó en el Álvaro Cunqueiro, además de la esposa de este último, procedían de Madrid. El patrón de la embarcación de recreo y su mujer, ambos vecinos de Teo, resultaron ilesos. Habían zarpado del Club Náutico de Boiro-Marina Cabo de Cruz, donde la lancha tiene su atraque, para dirigirse hacia el mar de A Illa. Su singladura concluyó en tragedia en las inmediaciones de Punta Cabalo. La lancha, conducida al muelle isleño, mostraba las cicatrices del duro golpe que acababa de barrer el área de proa.
