Las calles de todos los municipios de la comarca se abarrotaron para recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar
06 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.«No son los Reyes Magos de verdad, que no tiran caramelos». La frase la soltó una niña de unos siete u ocho años que llevaba media hora esperando en la calle Arapiles de Vilagarcía la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar y que vio como la bolsa de plástico que se había agenciado para guardar en ella sus capturas no se iba a llenar. Ni de lejos. Los pajes reales que iban en las carrozas intentaban justificarse: «No quedan». Algunos arrancaban el espumillón que adornaba el vehículo para tener algo que lanzar. Sus Majestades hacían el clásico saludo real, pero a estas alturas de siglo lo de los saludos reales ya no le cuela a los chavales. Quieren que unos reyes hagan algo más que saludar.
No fue Vilagarcía el único lugar en el que sucedió. A los niños que estaban esperando a la comitiva ante el Concello de Cambados les pasó lo mismo. También se quedaron sin ese aliciente que le da un toque dulce al desfile. Fallaron los cálculos en la primera cabalgata tras el covid, aunque la magia de Melchor, Gaspar y Baltasar hará que todo eso se haya olvidado esta mañana.
Fue una jornada intensa la que tuvieron ayer los Reyes Magos. Desde bien temprano desembarcaron en la comarca de O Salnés y fueron recibidos como se merece. En Meis, a golpe de música con la Banda Escola Cultural de Meis y la Banda da Vertula. También se dejaron ver Melchor, Gaspar y Baltasar por Cambados desde media mañana. Se dieron una vuelta por las parroquias antes de comer para hacerse unas fotos con los más pequeños y atender de paso las últimas peticiones.
En Pontecesures hubo una actuación de un clown para hacer más ligera la espera y en Vilanova sus Majestades entregaron más de cuatro mil regalos a la rapazada que se acercó al pabellón, con el concejal Javier Tourís de maestro de ceremonias aconsejando a la chavalada que se acostara temprano.
Lo cierto es que en todas las localidades de la comarca las calles se llenaron para las cabalgatas de la tarde. En O Grove, y según informa Leticia Castro, el desfile fue espectacular. Este año hubo más carrozas, colaboraron clubes deportivos y AMPAs y los niños pudieron disfrutar de un chocolate con churros delante del concello. Allí Baltasar fue el gran protagonista, con su energía y sus ganas de transmitir ilusión. Y ese buen rollo, esas ganas de disfrutar, las transmitió también en Vilagarcía. Porque había ganas de cabalgata después de dos años de pandemia, que frustró muchas ilusiones. Todavía faltaba media hora para que comenzase el desfile y ya había niños a la cole ante donde se iba a colocar el belén viviente para ser de los primeros en poder sentarse en el colo de los más esperados. Ahí, lo de los caramelos ya se había olvidado, pero conviene que los pajes tomen nota.