Un nido de velutinas crece en un patio de luces en el centro de Vilagarcía: «Teño medo pola miña muller embarazada»

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

El tamaño del asentamiento, que cuelga a una altura de cinco pisos, equivale ya al de un balón y los vecinos esperan que los servicios de retirada acudan a eliminarlo

31 ago 2023 . Actualizado a las 11:52 h.

Viéndolo con ojos desapasionados, el lugar escogido no está nada mal. El alero interior de un patio de luces, protegido por una cubierta de material plástico ondulado, con una verja que impide el acceso a cualquier potencial depredador alado. Buen aprovechamiento de la luz solar y nada de lluvia. Estas son las condiciones en las que un enjambre de velutinas hace crecer su nido desde hace aproximadamente un mes. La madriguera se sitúa a la altura de un quinto piso, en un portal de la calle Celso Emilio Ferreiro, prácticamente en el centro de Vilagarcía de Arousa, y de momento no ha podido ser retirada.

«Decatámonos hai iso, cousa dun mes, cando vimos que aló enriba había coma un ovo», explica Argimiro, uno de los vecinos del portal que las avispas asiáticas han adoptado como hogar. Pronto, los insectos, de buen tamaño, se desperdigaban por el patio de luces, introduciéndose por ventanas, respiraderos y cualquier hueco que quedase a su disposición. «Había quen pensaba que podían ser nespras do país, pero xa estaba claro que eran velutinas», añade Argimiro, quien asegura haber matado alguna de ellas en el interior del ascensor. «A verdade é que son duras coma penedos», afirma.

La situación no constituye ninguna broma, porque, aunque por ahora no han picado a nadie y se muestran menos agresivas que las avispas oriundas de Galicia, las velutinas sobrevuelan cualquier espacio que se abra al patio de Celso Emilio Ferreiro. «Entran aquí seguido e estou canso de matalas», apunta Amador otro de los vecinos del bloque. Vive con su esposa en uno de los quintos, y tiene el nido enfrente de una de sus ventanas. «Eu vou cazar, e seica non son alérxico, porque cando pisas un niño das nosas nespras no monte, saen zumbando a picarte, e nunca tiven un problema, pero estou preocupado pola miña muller, que está embarazada e non sei como lle podería afectar unha picadura de velutina», advierte.

La primera medida que los afectados han adoptado es la que cualquiera habría tomado en su lugar: mantener las ventanas cerradas. Tanto las de sus viviendas como las de las zonas comunes del portal, algo no del todo conveniente cuando el calor aprieta, como ha sucedido en varias ocasiones a lo largo de agosto. «Claro, tamén chamamos ao 112 —el teléfono habilitado por la Xunta para combatir esta plaga— e a min mesmo dixéronme que o noso caso tiña prioridade, pero deben de estar cheos de traballo, porque por aquí aínda non veu ninguén», apunta Argimiro.

En un mes, el nido ha adquirido un tamaño considerable, comparable al de un balón de baloncesto. Es ya una estructura primaria, mucho mayor que la embrionaria de sus inicios. En su interior puede albergar un millar generoso de avispas, incluyendo a varias reinas. Si no se retira, el ciclo seguirá. En septiembre nacerán machos y nuevas reinas, que serán fecundadas para abandonar el refugio y fundar nuevos asentamientos, extendiendo la plaga. «Esperemos que non tarden moito máis en vir».

OSCAR CELA

Así se hace una trampa casera y efectiva: una botella con cerveza negra, zumo y vino blanco

Las trampas para capturar velutinas han demostrado su eficacia. Elaborar una es sencillo. Conviene mezclar una lata de cerveza negra con vino blanco de unos 12 grados y algún zumo bien azucarado. La mezcla se introduce en una botella de plástico a la que previamente se le habrá recortado su parte superior, que se colocará invertida, con la abertura hacia el interior. Colgado de un árbol o un arbusto, el conjunto funciona como una verdadera nasa.