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Anónimas Viticultoras nació en el 2016 para alumbrar vinos con personalidad, elaborados e ideados por mujeres. María Falcón y Cristina Yagüe enlatan ahora el espíritu de las rías con la misma vocación de calidad
18 ene 2025 . Actualizado a las 20:52 h.Corría el 2016 cuando María Falcón y Cristina Yagüe asociaron sus respectivos talentos para alumbrar su primera añada. Desde entonces, el proyecto en el que ambas se embarcaron de forma solidaria ha logrado consolidar una idea de vino hecho y pensado por mujeres, pegado a una tierra de la que son capaces de extraer lo mejor de su carácter para embotellarlo y ofrecerlo al mundo. Anónimas Viticultoras sabe a uva, a albariño, a mencía, a caíño o ratiño, y bebe de las Rías Baixas, donde se enclava su sede de Ribadumia, en la misma medida en que lo hace de Valdeorras y la Ribeira Sacra. Desde este verano, también el mar de Galicia tiene cabida en su propuesta. La Pelirroja es una nueva línea de conservas de corte artesanal y una cuidada vocación gastronómica.
«Es una idea que teníamos en mente desde hace tiempo», apuntan sus dos autoras. «Siempre hemos acompañado nuestros vinos con conservas de las rías en las degustaciones con clientes y amigos. Y por fin hemos decidido dar el salto y ponerlo en marcha». Antes incluso de abrir cualquiera de sus latas, dos cosas importantes llaman la atención. En primer lugar, su denominación, inspirada en la figura de la abuela de María. «Mariscadora desde muy pequeña, luchadora, emprendedora, una referencia tanto para Anónimas como para nuestras conservas recién nacidas». Su apodo, A Roxa, apela al color de su pelo. Como marca comercial, sin embargo, ya había sido ya registrado. Así que en su lugar las dos socias optaron por La Pelirroja, un nombre que desprende fuerza y personalidad, y se ajusta como un guante al espíritu que anima el proyecto.
El segundo aspecto a destacar es la etiqueta, diseñada por Laly Raya e ilustrada por la pintora Susana Ferradás, que han sabido captar el carácter que desprenden estas conservas de rubias resonancias. «Apostamos por un producto de proximidad y de mucho cuidado en su elaboración, un producto gourmet». Sus primeras elaboraciones son la navaja en aceite de oliva y en aceite de oliva con guindilla; la sardinilla; el mejillón con escabeche y con escabeche y guindilla. En ese matiz picante en el que se desdoblan navajas y mejillones reside otra de las apuestas de La Pelirroja. «Tal vez hayamos arriesgado un poco, porque las conservas picantes no son las más demandadas, pero la verdad es que estamos muy contentas con la aceptación que están teniendo». Un producto, en definitiva, con un toque diferente, de mayor carga gastronómica. De nuevo la personalidad sale a relucir, al igual que en los vinos de Anónimas Viticultoras.
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Cristina se presta a un juego solo en apariencia sencillo: un maridaje entre sus conservas y sus propios vinos. «El albariño Os Dunares combina con todas, aunque quizás lo haga mejor con la navaja, que es un producto con buena textura, firme, más crujiente. Es posible que el mejillón vaya bien con el rosado Dunares, por la complejidad del vino en sí y del escabeche. Y a lo mejor el caíño con el mejillón picante, por ese punto más especiado, de pimienta, que posee la uva». Plasmada la sugerencia, es necesario añadir que, al menos de momento, la navaja en aceite de oliva con guindilla se destaca como su elaboración estrella.
Los criterios que animan La Pelirroja son, por lo demás, los mismos bajo los que nació Anónimas Viticultoras. «Calidad, proximidad y cuidado en la elaboración. Por eso hemos buscado una conservera familiar que reuniese estas tres características». Las conservas son enlatadas a mano y, a partir de ahí, María y Cristina se encargan de etiquetarlas una a una, así como de lotearlas también a mano. Su acabado es, por tanto, totalmente manual.
Un último e imprescindible apunte. Anónimas está desarrollando todavía la red comercial de sus conservas, pero entretanto no es difícil caer en sus redes. Basta con buscar su perfil en Instagram, @lapelirrojaconservas, para dejarse capturar por ellas.